Capítulo 1

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12 de octubre de 2018.

—Sí, padre. —acomodó el teléfono móvil en su oreja mientras apretaba el botón de su llavero para asegurar la camioneta, cruzando con cuidado la calle asintió más para sí que a la persona al otro lado de la línea. —No te preocupes, yo le diré a la directora porque no pudiste venir tu mismo. 

Alzó la mirada al edificio que se alzaba frente a él. Tragó un poco al ver las condiciones de aquella primaria, la construcción en sí era bastante precaria. Las letras que daban forma a su nombre eran poco distinguibles debido a lo descarapelada que estaba la barda principal. 

—Cuídate, papá. —contestó a las exigencias que le pedía su padre. —Descansa como el médico te señaló, saliendo de aquí iré a verte a ti y a mamá.

Terminó la llamada mientras se colocaba en la entrada de aquel colegio y miraba los alrededores de la calle dónde se encontraba establecida. Y sí, era fácil de entender el estado de aquella institución al ver el paisaje desolador de su avenida.

Podía suponer con facilidad que la mayoría de las personas que mandaban a sus hijos a esa escuela era gente de bajos recursos, y comprendía aún mejor porque un hombre tan cándido como su padre había querido hacer una donación de millones de wones a aquél lugar.
ChanYeol tal vez había nacido en el seno de una familia de buena posición económica, pero eso no era ningún impedimento para saber de sobra las raíces de su padre. Que jamás había reprochado su niñez, pero que había querido superarse por el bien de su familia. Se adentró al lugar mientras saludaba con cordialidad a alguna maestra bastante mayor, que muy alegre de ver a un tipo tan atractivo como él o esa quería creer el ChanYeol coqueto e inmaduro que habitaba en él, lo guío hasta la oficina de la directora.

Suspiró un poco aliviado al ver que la fachada de la estructura por dentro era mucho mejor que por fuera, por lo menos, pero incluso al ver aquellas goteras y grietas ChanYeol pensaba que se necesitaba reestructurar con urgencia aquel lugar. Era horroroso que por algún accidente llegara a ocurrirle algo malo a los niños que estudiaban ahí. Sin embargo, antes de entrar a la pequeña oficina de la directora una mujer joven los detuvo a ambos, y lo único que ChanYeol logró escuchar de los susurros entre ellas fue un simple «Es BaekHyun, de nuevo...»

—Disculpe joven. —murmuró la mayor con una sonrisa incómoda. Se disculpó antes de caminar junto con la otra persona. —Puede esperar en las sillas dentro, hay un pequeño problema.

Lo único que alcanzó a hacer fue sonreír mientras entraba por la pequeña puerta, la sala de espera no es algo que lo impresionara después de todo y sólo tomó asiento en una pequeña banca de plástico.

Mientras esperaba a que la directora pudiese atenderlo estaba consciente que el monto que iba a donar su padre sería de muchísima ayuda, pero no la suficiente para hacer un lugar seguro para los niños y adolescentes de la institución. Movió unos cuantos datos en su celular mientras se aseguraba de agregar unos cuantos números a la cifra total de su padre, después de todo no había sabido que hacer con su primer sueldo en el juzgado. Y ayudar era algo que le llegaba a parecer gratificante en cientos de formas.

ChanYeol jamás se había considerado así mismo como alguien cien por ciento humanitario y caritativo, sin embargo, si le gustaba estar consciente de los sucesos que, en un mundo cómo en el que habitualmente estaba acostumbrado, no eran visibles a simple vista. Se sumergió en sus pensamientos mientras revisaba el reloj en su muñeca, ya habían pasado más de veinte minutos que lo habían dejado solo y estaba empezando a preguntarse si algo malo realmente había ocurrido con algún niño o docente. Debido al nombre que había escuchado...

Dio un respingo sobre el asiento cuando escucho la puerta abrirse, levantándose con rapidez al reconocer el rostro de la directora. Pero lo que le llamó la atención fue que venía con un niño, tal vez un adolescente.

7 Fechas. ||ChanBaek||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora