Luego de la cena y de despedirse de sus amigos, Leah fue al salón donde su padre solía tomar el té en las noches, con la intención de desearle buenas noches antes de intentar dormir. Golpeó la puerta para corroborar que no interrumpía con sus pensamientos nocturnos y luego entró a la habitación.
– Hola... - canturreó Leah tímidamente mientras se acercaba a la mesa y se sentaba junto a su padre.
– ¿Te estás preparando para dormir? – preguntó Levi de manera sosegada mirando al fuego de la chimenea.
– Sí, pero antes quería preguntarte una cosa – Levi levantó la mirada y la observó con curiosidad - ¿Estás molesto por todo lo que hice hoy? – dijo con un nudo en la garganta.
– ¿Por qué piensas eso? - Levi la miró con extrañeza.
– No has estado muy comunicativo el día de hoy. Sé que te he desobedecido un par de veces desde que me has traído aquí. Debo estar causándote muchos problemas, ¿verdad? – Ella lo miraba con ojos lagrimosos, avergonzada de sus acciones. Levi se sintió aplacado por la criatura que tenía ante sus ojos, tan parecida a él en muchos aspectos y tan diferente en otros; no podía molestarse con ella, pero tampoco podía evitar sentirse mal por no tener la capacidad de protegerla de todo peligro como él deseaba.
– No digas eso. No te odio. Me ha sorprendido tu coraje el día de hoy – Leah se sorprendió por las palabras de su padre. – Tu desempeño con el equipo tridimensional y el combate cuerpo a cuerpo fue excelente. Pero es tu ímpetu el que me pone nervioso, temo que en el campo de batalla eso te aleje de mí – Leah se sintió apenada.
– Lo siento, prometo no....
– No prometas en vano – la interrumpió – Sé que tarde o temprano te superarán las ansias de combatir. Por eso decidí dejar que juegues a ser soldado: entrenarás con los demás, pero eso es todo. – Leah dibujó en su rostro una amplia sonrisa de felicidad ante ese comentario, se levantó de su silla de un salto y le dio un tierno beso en la mejilla.
– ¡¡Oh, gracias!! ¡¡gracias!! - Levi permanecía serio aún, y la detuvo con otro comentario antes que ella saliera de la habitación.
– Oye, oye, no tan rápido. Lo que no he decidido aún es si estás lista para salir en la primera expedición - dijo firmemente y le dirigió una mirada imponente.
– Está bien... buenas noches... - dijo Leah sonriendo aún, sin comentar más al respecto.
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De acuerdo a lo hablado con su padre, Leah siguió entrenando los días que restaban antes de ir a la primera expedición para desalojar el muro María. Su forma de maniobrar el equipo 3D era cada vez mejor y seguía practicando el combate cuerpo a cuerpo con los pocos valientes que se atrevían a recibir palizas de ella. Aunque tenía buena relación con todo el escuadrón de Levi y con varios soldados más, Leah era más cercana a Jean, Sasha y Connie, y poco a poco se hacía amiga también de Ina y Dimitri, con quienes compartía todos los entrenamientos.
Llegó el día de la expedición, y los soldados estaban listos para salir a combatir los titanes que quedaban dentro de aquellas tierras. La puerta del distrito Trost estaba cerrada por una enorme piedra que puso Eren en su forma titán meses atrás, y estaba custodiada por el Verdugo infernal, una guillotina gigante que habían construido gracias a otro poder de Eren y que ayudaba a reducir la cantidad de titanes de las tierras de la muralla María. Por este motivo, no podían cruzar por allí directamente y decidieron que la expedición debía partir del distrito de Karanes, al este de la muralla Rose, por lo cual los soldados debieron trasladarse a esta ciudad.
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The Forgotten Ackerman (en pausa)
FanfictionLuego de recuperar la Muralla María, nuestros héroes se toman un pequeño descanso antes de terminar de eliminar a los titanes encerrados dentro de ésta. Pero será un año interesante para Levi Ackerman, cuando de repente llegue al orfanato de la rein...