Especial 2°: Grupo de Rescate (Parte 1)

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El invierno dentro de la muralla Sina parecía igual de cruel como en cualquier otro sector del resto de las murallas que los rodeaban. La nieve era abundante, las ventiscas nocturnas hacían crujir las persianas de madera y el paisaje diario permanecía totalmente blanco desde hacía un par de meses.

Pero mientras tanto, en la granja de la reina Historia, así como en muchos otros pueblos de la muralla más interna, estaban tan alejados del mundo exterior a las murallas que ignoraban totalmente lo que sucedía por allá.

Los periódicos no eran tan específicos al respecto y no eran tan fáciles de conseguir, pues la reina Historia prefería que los niños y voluntarios dentro de la granja se mantuvieran lejos del contacto con el mundo exterior a las murallas por cuestiones de protección, para evitar posibles peligros en el futuro. Lo mismo decidió hacer con el resto de los poblados internos a las murallas, incluyendo algunos distritos, para mantener a la mayor cantidad de gente a salvo. Los políticos y nobles de la ciudad capital Mitras, ubicada en el centro del muro Sina, sabían de todos los sucesos que ocurrían entre la muralla María y el mundo exterior, pero no difundían lo que sabían por el mismo deseo de la reina.

Las visitas de la reina se hicieron menos frecuentes por razones que ella no quería comunicar, y ya no les daba tanta información a la gente de la granja acerca de los planes de la Legión o de la aparente alianza con un grupo de soldados rebeldes que habían llegado del otro lado del océano.

La vida de ignorancia en la granja se volvió algo normal, y de esa forma vivían en una extraña felicidad, donde todo era tranquilo y los problemas cotidianos se convertían en los problemas "más difíciles" de afrontar.

- Oigan niños, les dije que tengan cuidado. ¡No quiero más ojos u oídos irritados de nieve!

- Sí, claro, señorita Doskas! – canturreó un grupo de niños al unísono. Sin hacer caso a los comentarios de su maestra, y abrigados hasta las orejas, los niños siguieron con su guerra de bolas de nieve donde el objetivo, al parecer, era dejar a su contrincante inconsciente o con el rostro congelado. Lo que ocurriera primero.

- Estos niños... - bufó Ina - ...van a matarme. – parecía bastante estresada. Vestía un gran abrigo con capucha que la protegía del frío, aunque a ella no parecía bastarle pues temblaba de pies a cabeza.

- ¡No adelantes conclusiones, amiga! – una gran bola de nieve la golpeó en la nuca, pero estaba tan distraída que cayó hacia adelante con su cara de lleno en el suelo abarrotado de nieve.

Leah pasó corriendo a su lado, muerta de risa por haber derribado a su amiga. Detrás de ella pasó su hermano, quien en lugar de ayudarla a levantarse sólo compartió risas traviesas con Leah. Ambos se dirigieron corriendo al granero, escondiéndose de los insultos que el aire recibía de Ina.

- ¡Gran tiro, Leah! – Dimitri esbozaba una divertida y amplia sonrisa mientras se asomaba por encima del hombro de su amiga para observar a Ina adentrarse a la casa refunfuñando y quitándose la nieve de encima. Leah se volvió hacia él, quedando bastante cerca uno del otro. Ella parecía no verse afectada por la invasión del espacio personal, pero a Dimitri enseguida se le crisparon los nervios. Sintió un leve nudo en su garganta y un calor en su pecho totalmente opuesto a la temperatura del ambiente invernal que los rodeaba.

- Me encantan estos momentos que pasamos juntos... - dijo ella inocentemente, pero al ver la expresión de asombro de Dimitri se dio cuenta que esa frase podría dar a pensar otra cosa e inmediatamente intentó corregirse – Quiero decir, me gustan estos momentos de diversión que podemos tener, un descanso de tanto trabajo. Muy diferente a la época de primavera y verano.

The Forgotten Ackerman (en pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora