Capítulo 7

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-Sé lo mucho que Barnes significa para ti, sabes que es cierto -dijo ella desde el otro lado de la línea-, no hagas nada, lo empeorarías todo. Hazlo por nosotros o, si no, por Ariel. Por favor.

- ¿Qué harías? ¿Detenerme?

-No, pero alguien lo hará sin te entrometes. Así es como funciona ahora.

-Si tan loco está el que debería detenerle soy yo.

- ¿Qué?

-Soy el que menos probabilidades tiene de morir.

Steve fue el primero en colgar, observando a su amiga rusa desde la lejanía. Estando ella bien podía quitarse una preocupación menos de encima, Natasha mantendría a Ahriel alejada de todo aquello, mucho más de lo que ya la había alejado él.

Apretó los dientes con fuerza, sintiendo como un sentimiento de amargura se apoderó de él y tuvo que obligarse a marcharse de allí, dejando atrás todo atisbo de cordura. Su amigo lo necesitaba, aunque no se acordara de él lo comprendiera Ahriel o no.

***

-Esto es una puta locura.

Ahriel salía del baño de su habitación en el complejo de los Vengadores envuelta en una nube de vapor. Hacía dos horas que había podido localizar a Nat que le había ordenado imperiosamente que se mantuviera lo más lejos que pudiera de todo el conflicto, si se metía en aquello iba a salir mal parada. Pero a Ahriel poco le importaba todo en ese momento, con el corazón destrozado y sin noticia alguna de Steve salvo las pocas noticias que le había proporcionado Natasha.

A ella sí que la había llamado, al menos tenía un poco de sentido común como para interesarse por el bienestar de Natasha antes de salir con los ojos cerrados tras la pista de Bucky.

-Sí, lo es -respondió Ahriel completamente vestida como si fuera a una batalla.

- ¿Qué hará Steve?

Ahriel se sentó en el sofá de su casa con la espada de Frey envainada en su regazo, era tan bonita que cortaba la respiración. Miró a su amiga Wanda, que parecía haber contraído una tregua permanente con su pijama tras lo ocurrido en Lagos. Ahriel debería haberla animado, como buena amiga, pero no había tenido el juicio para poder apoyarla.

-Irá tras Bucky -dejó la espada a un lado y se metió los dedos en el cabello mojado, los movió para separar el pelo y se secara más rápido-, y con suerte se casarán y tendrán hijos. Claro, si no los tiene con Sharon Carter antes.

Un cojín cruzó rápido la distancia que las separaba y se estampó contra la cara de Ahriel, que la miró mal.

- ¡Eh! Esto ha sido un ataque injustificado.

-Es que si dices estupideces algo tendré que hacer yo, ¿no?

Ahriel le hizo un corte de mangas y le sacó la lengua de una forma muy vulgar antes de girarse y meter la espada en una funda negra cilíndrica que impedía adivinar el contenido de su interior. Se lo colgó en la espalda como si fuera un carcaj y agarró una bolsa donde había metido ropa.

-Me voy a evitar que Steve cometa una locura que haga que lo maten -escupió ella, como si le costara un esfuerzo enorme.

- ¿Cómo sabes dónde está? -preguntó Wanda.

Ella sacó la foto de Bucky que sus fuentes le habían pasado.

-Donde esté él, estará el Capitán América con un anillo de compromiso.

Otro cojín se estampó contra la nuca de Ahriel, que solo respondió poniendo los ojos en blanco.

-Déjame ir contigo -pidió Wanda.

Ángeles de Piedra (Capitán América)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora