La noche cerrada se cernía sobre sus cabezas y Wanda, en su interior, sabía que algo había comenzado a cambiar. Observó cada detalle de su habitación, echa un desastre desde hacía meses. Se sentía incapaz de ordenar el caos de su exterior mientras el de su interior la ahogase de tal manera que respirar se convertía a veces en toda una hazaña.
Desde las fotos colgadas en la pared las personas que más quería le sonreían ampliamente. En una de ellas Natasha abrazaba con fuerza a Ahriel y a Wanda con una sonrisa socarrona después de susurrarles un comentario subido de tono con respecto a un chico que acababa de pasar delante de ellas, mientras las otras reían a carcajadas con las mejillas un tanto sonrojadas.
¿Cómo habían acabado así de rotos y divididos? Un frío que parecía venir desde su alma le helaba las entrañas y no pudo más que arrebujarse en su rebeca de lana, echaba de menos que la base estuviera alborotada casi todo el tiempo y echaba mucho de menos no sentirse tan vacía.
La melancolía se había convertido en su amiga.
De repente, un suave olor llegó hasta ella. Levantó la cabeza para captar mejor el aroma, alguien estaba haciendo de comer.
Se aventuró con pies ligeros hacia el exterior, como un tímido animalillo que sale de su cueva tras el largo invierno. Y allí lo vio en medio de la cocina, con ese tono rojizo de piel y la gema reluciendo en medio de su frente. Wanda sintió como el corazón se detenía un segundo ante esa imagen de Visión cocinando muy concentrado, era una escena entrañable.
-Una pizca de paprika -leyó en voz alta Visión-, una pizca...
Visión cogió un pellizco de la especia de un color rojo intenso, incluso más que él y la espolvoreó sobre la olla.
- ¿Eso es paprika?
Wanda se adentró a la enorme estancia con las manos metidas en su rebeca, acercándose a Visión.
-He pensado que te ayudaría a levantar el ánimo.
La joven sintió, que solo el hecho de intentar hacer algo tan ajeno a su naturaleza por ella, que aquel vacío se comenzaba a llenar. Suspiró, intentando no desbordarse de emociones, y agarró suavemente la cuchara oscura de la olla y lo probó mientras reprimía una sonrisa. Visión la observaba, sin alterar demasiado la expresión de su rostro.
¿Por qué el pecho se sentía pesado cuando ella estaba cerca?
-Se me ha levantado el ánimo -felicitó Wanda.
Ambos apartaron la mirada un segundo.
-En mi defensa tengo... tengo que apuntar que nunca he comido nada, así que...
- ¿Me permites? -le interrumpió ella dejando que la sonrisa y el buen humor pintaran su rostro.
-Por favor -contestó él sacudiéndose las manos mientras se alejaba sin darse la vuelta, todo lo que sentía era tan nuevo e intenso que a veces se tenía que recordar que era de mala educación observar tan fijamente a alguien. Qué horrible era sentirse tan nuevo en todo -, Wanda...
- ¿Mmm?
-No le desagradas a nadie.
Wanda levantó la vista de la comida, sorprendida y confundida a la vez.
-... gracias...
-Oh, no hay de qué, no -Visión caminaba por la estancia, explicándose-. Es una respuesta involuntaria de su amígdala. Te tienen miedo, no pueden evitarlo.
Wanda seguía removiendo el contenido de la olla, sintiendo como la afabilidad que experimentaba hacía unos segundos se iba desvaneciendo poco a poco. ¿No es que pretendía mejorar su ánimo?
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Ángeles de Piedra (Capitán América)
FanfictionAhriel y Steve han comenzado una relación, están enamorados y forman parte de los Vengadores, todo parece haber vuelto a la normalidad. No obstante, nada dura para siempre y ahora los obstáculos serán más grandes y, tal vez, insalvables. Llegan los...