(Parte 1) Capítulo 1. ''Lo que sucedió esa mañana''

100 3 0
                                    

C

ada día es muy importante para mí, puesto que es   regresar al mundo en el que cada libro hace que te  quedes durante el tiempo en el que lo lees. En estos últimos días he estado limpiando el librero donde está mi mayor tesoro, es difícil tener un libro que te causa un cambio, ya que todos han logrado algo en mí; atraparme con su contenido hasta las últimas páginas, leer y leer cada día más. Entonces cuando me dicen que les recomiende un libro tardo en responder, por el simple hecho de que no sé si causará un cambio o no sea su tipo de lectura.

Ha llegado el momento de desayunar y retomar la lectura mientras lo hago.

Me alegra que el final sea uno muy rotundo y más cuando nadie se lo espera, es una sensación de impacto que te causa una ‘’resaca literaria’’ que te hace no haber querido leer el final, o al menos en lo personal me sucede.

Ahora sí, sentado en el sofá con mi desayuno, tomé el libro y lo abrí en aquella página donde estaba el separador que me dio mi amigo, hace mucho tiempo que no lo veo, hace mucho tiempo no le hablo, bueno, hace mucho tiempo que no sé absolutamente nada de él.

Al comenzar a leer me di cuenta que estaba en las últimas 25 páginas y el tan esperado final estaría cerca.

Eran las 11:28, habían pasado dos horas y treinta y seis minutos, olvidé que iría a la librería rodante, justo hoy llegaba un libro que había encargado, llevé el separador justo al último capítulo que quedaba de aquel libro y lo cerré.

El libro me tenía tan atrapado que olvidé que era viernes y en donde vivo no hay librerías fijas, lo cual ocasiona que todo aquel que quiera un libro en especial deberá encargarlo en la librería rodante o comprar alguno de los que tienen a la venta.

Fui a mi habitación y me vestí lo más rápido posible o no alcanzaría a llegar, hacía mucho frio afuera lo notaba porque el vidrio de la habitación estaba empañado.

Salí de casa y a caminar por al menos 3 cuadras me percaté que había olvidado mi libro y ya no sabría el desenlace hasta que llegara de nuevo a casa. Estando a más de una calle por llegar a la librería, pude ver que había mucha gente formada para la adquisición se su libro, ahora con tanta gente me llevaría más tiempo saber el final del libro tardaría más en ser atendido, al parecer ahora el dueño había traído más libros y su negocio se extendía mucho mejor.

Sólo me faltaba cruzar la calle y estaría formado, antes de asomarme y ver si no venía un carro, pasó una camioneta con ocho soldados, se estacionó junto a la librería rodante, lo cual me hizo pensar que alguno o algunos de ellos comprarían algún libro. Pasó un carro y ocasionó que tardara en cruzar, después me di cuenta que los soldados no se pararon para comprar un libro, estos ocho se bajaron y comenzaron a llevarse al vendedor y junto con ellos su mercancía, otra camioneta llegó pero esta vez sólo habían unos cuantos, menos de ocho pero más de 3, la gente comenzó a ayudar a los vendedores pero los otros soldados intervinieron llevándose también a la gente que compraría libros.                       Me quedé perplejo e intente esconderme, uno de los soldados se bajó y comenzó a buscar algo, no sé qué buscaba, así que me agaché y le veía de reojo a este. Él seguía buscando, supuse que era muy peligroso seguir ahí, me paré y caminé por donde había llegado, lentamente y me fijaba si el soldado me veía, así que corrí tan rápido que fue por eso que el soldado me viera y dijo:

-      ¡Hey!, tú ven.

-      ¿Hay algún problema? – le contesté.

-      Debes acompañarnos – me respondió y tomando su arma me apuntó desde los casi cinco metros que nos separaban.

Me tiré al piso y él disparó hacia el cielo, en ese momento me levanté y corrí en zig-zag evitando que alguna bala entrara en mi cuerpo, corrí hasta llegar de nuevo a mí casa y supe que nada estaba bien.

Las ideas invertidas del espionajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora