Lazos • CHANBAEK

2

Se abren las puertas de la sala, y Baekhyun observa a los Park murmurar algo entre ellos antes de que la señora Park alce la voz.
—Lamento mucho la tardanza, señores Byun.
—No es problema— dice su padre, siempre sonriente.
—Queremos comunicarles algo— dice Chanyeol para sorpresa de Baekhyun, —. Continuaremos con el matrimonio, ya que ambos estamos de acuerdo— sus ojos se encuentran nuevamente, y a modo de confirmación, Baekhyun asiente —. Y en cuanto a los negocios, podemos hablarlo a detalle después de la boda.
—Me parece bien, muchacho. Eres un gran negociador— le comunica el señor Byun.
Chanyeol simplemente asiente, y dirige su atención a Baekhyun.

—Ahora, si todos están de acuerdo, quisiera hablar con Baekhyun. A solas.
—Claro que sí, hijo— su madre le da una palmada en la espalda, y el menor de todos logra ver la tensión entre ellos antes de que se aparte.
—¿Les parece si salimos a cenar?— Yoora sugiere, y tanto sus padres como la señora Park aceptan gustosos.
—¿Qué hay de nosotros?— pregunta Baekhyun tan pronto como salen de la sala.
—Podemos cenar aquí, si tú quieres. Tenemos mucho de qué hablar— Chanyeol le sonríe con simpatía, y dentro de su pecho, se esparce una sensación nada familiar.
Temiendo que se le quiebre la voz al contestar, Baekhyun sólo asiente y baja la mirada.

—Subamos— el mayor le ofrece su mano, y Baekhyun la toma sin pensarlo mucho.
Salen de la sala y, al pie de la escalera, Chanyeol se detiene al ver a Minseok ahí. El anterior charla con Jongdae, y al percatarse de su presencia, lo mira con confusión.
—¿Qué haces todavía aquí? ¿No deberías estar con...?
—Minseok— sacude la cabeza pidiéndole silencio, y silenciosamente le dice Te explico luego.
Minseok está totalmente desconcertado, y su confusión crece cuando se fija en la mano de Chanyeol sujetando la de alguien más.
Baekhyun observa la escena con desinterés, fijándose en la mirada que el extraño frente a él le da, pero no le importa. Está acostumbrado a esa clase de cosas.
—Estaré en mi habitación si necesitas algo— informa Chanyeol antes de seguir su camino, llevando a Baekhyun consigo, quien con una inclinación de cabeza se despide de Minseok.
No se fija en si le ha correspondido, porque se voltea hacia Chanyeol y sube tras él.

Baekhyun observa la casa con curiosidad, pasando sus ojos por las puertas cerradas. Después de pasar frente a tres habitaciones, finalmente Chanyeol se detiene y abre una puerta a su izquierda. Inmediatamente suelta la mano del menor, y Baekhyun siente la ausencia de calor en su palma.
—Aquí es. Lamento el desorden, suelo dormir en el estudio o la oficina.
—Descuida, la mía no se ve mucho mejor— el más alto lo mira a los ojos y vuelve a sonreírle, y esta vez Baekhyun le sonríe de vuelta.
—Sentémonos— Chanyeol guía a Baekhyun hacia una pequeña sala dentro del cuarto, y ambos se sientan frente a frente.

—Bien. Eh, le he dicho a mi madre que si vamos a hacer esto, únicamente nosotros dos decidiremos todo.
Baekhyun asiente y ve a Chanyeol sacar una pluma y una pequeña libreta de un cajón en la mesa.
—En primer lugar, sugiero que la fecha de la boda sea en otoño, ya que no mucha gente se casa en esa época del año...
—No en otoño— dice Baekhyun firmemente —. Cualquier otra fecha está bien, pero no en otoño.
—Umm, ¿puedo preguntar por qué?— Chanyeol alza las cejas pidiendo una explicación, pero el menor permanece callado — De acuerdo, entonces... ¿verano?
El otro asiente dando el visto bueno, y el mayor lo anota en la libreta.
—La ceremonia y la fiesta la dejaremos en manos de mi asistente, es bastante bueno para estas cosas. Después tenemos que encontrar dónde vivir; propongo que Minseok también se encargue de eso, le pediré que busque opciones y tú decides...
—Espera un segundo— interrumpe Baekhyun, y Chanyeol lo mira a los ojos, —. Ni siquiera te conozco.

La afirmación lo toma desprevenido, pero no puede decir que no está de acuerdo.
—Quiero decir, qué bien que tengas la iniciativa de planearlo todo, y lo agradezco porque honestamente no me interesa— Chanyeol vuelve a arquear las cejas ante su franqueza —, pero creo que estaría bien conocer a la persona con la que pasaré el resto de mi vida, ¿no lo crees?
—Tienes razón, lo siento. ¿Qué quieres que hagamos, entonces? ¿Deberíamos... tener citas?
—No necesariamente citas, porque ni a ti ni a mí nos entusiasma la idea, es evidente, pero podríamos vernos de vez en cuando para conocernos mejor. Al menos hasta que sea la boda.
—De acuerdo, lo haremos como tú quieras.