Jungkook siempre fue rodeado por Alfas y nunca se acercó a un omega o gamma, hasta que se muda a Busan, donde se relacionara con deltas, betas, omegas y gammas.
¿Podrá controlar sus instintos de alfa?
Gamma; era sólo el secreto que guardaba Kim Seok...
El 45% de la población Alfas, 30% eran omegas, 15% Betas, el 8% Deltas y el 2% gammas.
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Cuando sonó el timbre que indicaba el comienzo al receso, aproveché eso para poder salí lo más rápido del salón, sin importar que tal vez trato un poco mal a ese omega pero se sentía de mal humor, muchos aromas dulces rodeándolo, a los cuales no estaba acostumbrado.
En la manada eran todos alfas, por ende, los aromas eran un poco más amargos e imponentes. Nada igual al de los omegas. No tenía experiencia con las demás jerarquías, ni con omegas, ni betas y mucho menos gammas.
Solté un suspiro de alivio, esfumando cualquier pensamiento de lado y concentrando me solo en encontrar el aroma que me lleve directo al bufete. Tenía muy bien entrenado a mis cinco sentido, ya que ser el hijo del Alfa de la manada, tenía que destacarme como tal. Por eso me había ofendido que un omega me tuviera que guiar ¿Acaso creían que un alfa podía perderse?
Al hallar el camino al buffet, lo hizo sentir a mi lobo con orgullo, cada entrenamiento había valido la pena.
Pero al llegar me encontré con tal espectáculo que armó cierto omega de cabello castaño en medio del buffet. Para ser más específico, el presidente del salón.
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ㅡ Ya cállate! ㅡ decía, pero el rubio no podía creer la reacción y el escándalo que armó en el bufet del instituto.
El beta rubí trató de tranquilizarse y respirar adecuadamente antes de responder ㅡ Pero, jinie, no es mi culpa que justo apareciera una cucaracha en el suelo caminando como si nada ㅡ y las leves risitas sonaron mientras decía lo siguiente:ㅡ y mucho menos que tu pegues un grito chillón y te subas a mi.
ㅡ No te rías, me asusté mucho
Jungkook fue bien conocido apenas piso el Instituto. Lo sabía, porque incluso en el buffet todos hablaban de él, ¡Claro! Hasta que apareció la cucaracha con toda la intención de atacarme provocó que ahora todos hablen de mi.
Mis mejillas se pusieron de un tono carmesí al pensar que ese alfa idiota me había visto hacer el ridículo. Era el presidente del salón, no podía permitirme hacer escenas vergonzosas. Por eso siempre mi abuelita decía: "La mala suerte y los pendejos van de la mano"
Que tierna mi abuelita.
ㅡ oye... ㅡ el beta rubio empezó a hablar interrumpiendo cualquier pensamiento ㅡ Te enteraste que el hijo del clan de los Jeon esta en esta escuela.
