𑁍; ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ɪx

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Capítulo 9

- Entonces... ¿Murió?

- Sí, el conejo murió. - Amshel sacó un caramelo de su bolsillo, retiró el envoltorio y luego se introdujo el dulce a la boca. No había volteado a ver a su asistente cuando está ingresó al cuarto para informarlo de la situación.

- Ya veo. Todos han muerto hasta ahora, eso quiere decir que la sangre que utilizamos no es compatible. - Le respondió dándose vuelta y observando algunos papales puestos sobre el escritorio, analizándolos.- ¿Como está mi hijo?

- No tiene mejoría... Señor.

- Entiendo. Me parece injusto que siga en este mundo. Con el pesar de mi corazón voy a tener que pedirte que te encargues de él.

- Señor... ¿Que hacemos con la madre?

- Ella no tiene porque saberlo.

- Entiendo. Me haré cargo de la situación. - Y ella se fue.

Amshel sacó un paquete de cigarros de su chaqueta, luego introdujo uno de estos en su boca para posteriormente encenderlo. Inhaló el humo mientras una sonrisa macabra se asomana sobre sus labios.

- La Reina tiene un corazón muy ingenuo. No va a dudar en convertir en un cabellero para que las personas especiales se queden a su lado. - Miró su anillo con satisfacción.- Es hora de entrar al escenario.

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- Dime, ¿Como me veo? - Rin estaba sentada dentro del auto vistiendo de un nuevo atuendo al igual que estrenaba su estilo de cabello.

- Te ves hermosa. - Allen le dedicó una sonrisa. Ella se sonrojó.

Habían comprado varias cosas, además de que Rin le compró ropa a Len al enterarse que este apenas tenía un par de atuendos, además ahora que era su "dueña" sentía que debía hacerse responsable de él de la forma más adecuada, como lo había hecho con el resto de las empleadas de la casa, las cuáles trataba con mucho cariño aunque le costaba expresarlo de forma adecuada, pues ni ella misma entendía términos como el amor y la amistad ya que su mundo consistía en el egoísmo para uno mismo. Pero la llegada de Len había cambiado muchas cosas.

- Len.

- Digame.

- ¿Te divertiste hoy? - Rin abrazó sus piernas y ocultó su rostro entre estas.

- ¿A que viene la pregunta? - ¡Por supuesto que se había divertido! Se sorprendió al ver el apetito feroz que tenía Rian al momento de comer o cuando hacia pucheros cuando perdía en los videojuegos. Estar a su lado hacia feliz, pues había querido conocer esa calidez de ella desde ese día, cuando había sido salvado y ser tratado con respeto por primera vez.

- Bueno... Nunca había salido con nadie antes, y me preguntaba si era una persona aburrida. No sé lo que es tener amigos, pasarla bien con personas... Todo esto es nuevo para mí.

Era cierto. Las amistades de Rin eran controladas por sus padres desde la distancia ya que muchas de estás no fueron convenientes para la familia, ya que la idea escencial era forjar lazos con gente de grandes castas. Los amigos que Rin había logrado conocer en el jardín eran, en su gran mayoría, de familias normales sin grandes lujos... O eso creían ellos, ya que ella siempre consideró que tener un madre en casa al igual que un padre que te cargará en los hombros era un lujo increíble.

- Así que tu eres Rian. Alexei me ha hablado mucho de ti. - La Madre del niño le sonrió dulcemente mientras le acariciaba la cabeza. Rin se quedó paralizada ante la muestra de cariño. Pero se sentía tan calido.- ¿Quieres venir a comer con nosotros?

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