Capítulo 1:
-Me acuerdo que cuando tenia 7 años, me llamaban mucho la atención los trenes, me sorprendía que hicieran tanto ruido y que se movieran tan rápido a pesar de lo grandes que eran.
Cuando crecí un poco más, me gustaba, de vez en cuando, cuando no tenia nada que hacer, subirme al tren y simplemente mirar por la ventana, el paisaje tal vez era muy normal y urbano, pero a mí me seguía pareciendo sorprendente.
Hay pocas cosas que me desagradan en este mundo, pero, yo realmente odio los trenes, preferiría 1000 veces lanzarme a una piscina llena de pirañas que volver a subir a un tren. ¿Crees que me volví loco, tía?
-Para nada, lo que te paso fue horroroso, y es totalmente normal que tengas esos pensamientos.
Y, sinceramente, creo que eres la persona mas cuerda que conozco. Nico.
-Gracias por dejarme quedarme un tiempo en tu casa, tía.
-No te preocupes, yo amaba a mi hermana, y no tengo ningún inconveniente en dejar que te quedes, pues ya me debo ir al convento, aprovecha estas horas para desempacar, ¿ok?
-Si, gracias.
Tengo mucho tiempo libre, me tome un tiempo para descansar de la escuela, mis profesores me lo recomendaron, aunque no tengo idea de qué hacer si debería estar todo el día en casa.
Tampoco tengo muchas cosas por desempacar, pero será mejor que vaya empezando.
Mi tía se preocupa mucho porque me comporto como un zombi, no estoy durmiendo bien, mis movimientos son torpes y mi mirada luce siempre como si mis ojos fueran simples cuencas vacías, sin vida.
Yo también pienso lo mismo, últimamente me pierdo en mis pensamientos y en mis recuerdos, es difícil captar mi atención, y me siento como una existencia negra, muerta y vacía, en un amplio jardín verde lleno de seres vivos y sonrientes.
Se supone que debería estar desempacando, pero decidí salir a caminar un rato, es una zona que no conozco, la casa de mi tía está muy lejos de la casa en la cual yo crecí, el vecindario donde me crie.
Lo ultimo que me preocupa es perderme, porque básicamente, mi conciencia siempre está perdida, así que me da igual si mi cuerpo se pierde también.
Tal vez me ayudo un poco, salir a caminar y a llenarme de luz del sol, todo iba bien, incluso puede que haya llegado a soltar una pequeña sonrisa, Pero una vez más, me quede paralizado, para mi desgracia, me había topado con unas vías de tren, no pienso en nada, me quedo congelado, no quiero pensar en nada, porque se que si lo hago, algo malo va a pasar, mi cuerpo empieza a temblar y siento como que me falta el aliento, mi corazón comienza a palpitar muy rápido y mi respiración se agita, estoy sintiendo una ráfaga fuerte de viento recorriendo mi cara, y un sonido estruendoso invade mis oídos, estoy en una especie de trance, siento que me desmayo, y cuando pasa el tren, justo frente a mí, una lagrima se desliza por mi mejilla del lado derecho.
Después de que pasa el tren, unos segundos de total silencio inundan el espacio.
Siento una fuerte palmada en mi espalda, y parece que ya todo está bien, mi corazón se relaja, ahora ya puedo respirar, y mi voluntad parece regresar a mí.
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Ateo
ParanormalLa historia de un chico con una grave depresion causada por la muerte de sus padres, que vive con su tia, una monja muy devota, el siendo ateo, tendra serios choques culturales con su tia y con algunas personas que lo rodean, tal vez las cosas se po...