9. Oscuridad

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¡Hola, hermosas personas!

Quiero darles las gracias una vez más por leer mi historia.

Como ya saben, subo un capítulo por semana, así que, no desesperen que aquí está el nueve!!!!

Quiero recomendarles dos libros buenísimos que me encantaron y me sacaron lagrimitas.

Uno es de mariana_LMDLV, y se llama "Thom and Harriet".

El otro es de Memo Carbajal, y se llama "Elite".

Léanlos, no se arrepentirán.

Bueno, sin más rodeos aquí empieza el capítulo.

¡Que lo disfruten! ¡Comenten y voten!

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—Es mejor que vayamos a mi casa Braddy —dice Stephan que está caminando detrás de mí junto con Vanessa—. Es la que nos queda más cerca.

Asiento sin mirar atrás.

La oscuridad de la carretera me pone demasiado nervioso y lo único en lo que puedo pensar es en sacar a todos de aquí y ponernos a salvo de una vez por todas. Aquí afuera estamos demasiado expuestos; si es que incluimos los sucesos de las últimas horas.

Tengo los nervios de punta. Parece como si de un momento a otro alguien fuera a salir a atacarnos de entre los arbustos.

—Brad, —Vanessa se acerca por detrás y me toma de la mano, yo la acepto —tenemos que...

—Shhhh, —la callo mientras me llevó el dedo índice de la mano libre a la boca —aquí no. Hablaremos en la casa ¿De acuerdo?

Asiente. En sus ojos hay un dejo de desear hablar rápidamente, como si su corazón albergara algo de engaño y deseara contar la verdad fervientemente.

Aparto mi mirada de la de ella.

No puedo distraerme con nada mientras sigamos aquí. Mi deber en este momento es proteger a todos.

Aparto mi mano y me adelanto para dejarla atrás una vez más.

Ha pasado tan sólo media hora desde que salimos del auto y comenzamos a caminar.

Aún no hay rastro alguno del amanecer; pero mi corazón se empieza a calmar cuando alcanzo a ver la parte trasera de las casas que están en Highcrest Road. Aquí es donde termina el solitario tramo de carretera, y una paz me inunda al pensar en ello. Estamos sólo a diez minutos de casa de Stephan.

Suelto un suspiro de tranquilidad y mi pecho se calma.

En lo que resta del camino, nadie dice ni una sola palabra, lo cual significa que todos nos morimos por hacer y hacer preguntas que, de seguro, la mayoría no obtendrán respuesta.

Llegamos a la esquina de Poppy Hills Road y doblamos a la derecha.

En cuanto lo hacemos, no le quito los ojos de encima a la parte trasera de la casa de mi amigo, anhelando un buen baño y algo caliente para la garganta.

Giramos una vez más a la derecha en Moss Landing y puedo notar como todos aceleramos el paso para entrar en la casa lo más rápido posible.

Una vez en el porche, me giro dándole la espalda a la puerta y trato de agudizar la vista ante cualquier movimiento. Nada.

Escucho como Stephan saca las llaves y abre la cerradura.

—Brad, —Me llama Stephan desde el umbral de la puerta —vamos.

Cuando tienes el poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora