THALASSA; avengers

09 -fury

Cuando Tony entró a la casa con Nick Fury todos se quedaron en silencio. Amber se encontraba sentada a un costado de Natasha y ambas conversaban sobre eventos triviales. Steve y Bruce hablaban a unos metros de las pelirrojas. Mientras que Clint miraba a su esposa y su hija reír mientras la pequeña hacia unos pequeños dibujos con crayones.

–Pareciera que hubieran visto a un muerto. —Nick sonrió de lado al notar el silencio.

–Técnicamente lo estás, Fury. —Amber se cruzó de brazos.

–Agente K, un gusto en verte. —El moreno se burló.

–Idiota. —Murmuró la chica, lo que hizo que Romanoff soltara una pequeña risa.

Bruce se apoyo en el mueble detrás de las chicas mientras que Steve optó por apoyarse en el marco del comedor americano, frente a ellas. Tony jugó con unos dardos antes de empezar a tirarlos al blanco.

–Ultrón los sacó del combate para ganar tiempo. —Empezó a hablar el moreno ganándose toda la atención. La pequeña Barton corrió hacia las pelirrojas y dejó un dibujo entre ellas.— Según mis contactos, está creando algo. La cantidad de vibranio que robó tiene que ser para algo grande.

Amber suspiró viendo al hombre del parche servirse un vaso de agua.

–¿Qué pasa con Ultrón? —El capitán preguntó.

–Es fácil de rastrear. Está en todos lados. Se multiplica más rápido que un conejo católico.

–Como un virus. —Nick apuntó con una cuchara hacia Amber, quien solo había susurrado las palabras anteriores.

–Eso no nos ayuda a predecir sus planes.

–¿Busca códigos de lanzamiento? —Tony habló.

–Sí, así es. Pero no avanza.

–En secundaria, violé la seguridad del Pentágono. —El millonario contó como si fuera obvio.

–Por eso llame a nuestros amigos de Nexo. Te mandaron saludos, Stark.

–Gracias.

–No a ti, Tony. —Nick levantó una ceja divertido.

–¿Nexo? —Steve trató de volver la conversación al tema principal.

–El centro mundial de la Internet, en Oslo. —Aclaró Amber ganándose las miradas.

–Por allí pasan todos los datos del planeta. —Bruce continuó— Es el acceso más rápido.

–¿Qué dijeron? —Clint preguntó despreocupado.

–Está obsesionado con los misiles, pero cambian los códigos constantemente.

–¿Quién? —Un dardo pasó frente a los ojos de Tony mientras preguntaba para dar justo en el centro del blanco. Le dio una mirada de reproche al arquero.

–No se sabe.

–¿Tenemos un aliado? —La espía rusa habló suave, como si no quisiera esperanzarse.