Aventura En Chicago

El café esta frio

Le dije que no se preocupara, no era nada pero estaba claro que pensaba en algo, era en mi madre. Me estaba preocupando por su situación a si que pensé que en acompañarla a un teléfono de la calle.

Acabamos de comer y nos dirigimos a la puerta pero el Chocko estaba en la entrada con sus acompañantes de policía y me asusté un poco. Recordé que usábamos máscaras y lo único que dejaba ver era mis ojos verdes pero tal vez pudiera reconocer a la niña. Por suerte tenia un cubrebocas en el bolsillo de mi abrigo. Se lo coloque con el pretexto de que pudiera contraer un virus y enfermarse, lo cuál sería raro porque ni siquiera yo me cuido con tanta precaución y una persona como yo lo hiciera. Pero como sea.

No contaba que me estaba viendo e hicimos contacto visual, pero que incómoda situación.

-¿Cómo llegaste a ser lo que eres?
Preguntó en voz baja le dije que necesitaba este maldito gobierno nos quitaba mucho y yo y mis compañeros somos como el Robin Hut y aparte necesitaba mantenerme.

(Narra Alayssa)
Lo sabía cómo lo había mencionado, algo debio de cambiarlos y no ser unos simples criminales ya que hasta el medio un cubrebocas para empedir que me emfermace.

Llegamos a un teléfono que estaba cerca de la carretera para marcarle a mí mamá. Espere a que me diera alguna respuesta. oí la voz de mi madre algo ronca, le mencioné que había salido a algo y que iba a estar bien y que aproximadamente llegaría como en un mes y medio. Ella solamente acepto sin preguntar nadamás. Yo lamentaba no poder estar en estos momentos difíciles pero Rodrigo me dijo que podía obtener dinero para así poder mandárselo a mi mamá que espero que lo ocupe para el psicólogo y no para sus malditos vicios
-¿Todo bien ? Preguntó Rodrigo algo preocupado. Le dije que todo estaba en orden y solamente seguimos nuestro camino de regreso a la guarida

Cuando por fin llegamos aún estaba Sandra , la chica con la computadora. Fui a calentar la comida en lo que lo hacia podía observar que algunos escribían y otros veían. Parecía que se trataba de algo grande.

Cuando todo estaba caliente les día a cada uno sus bocadillos. Alvaro dijo que estaba apunto de acabar algo y que me esperaba en ele patio trasero. Espere y ví a Álvaro con un palo muy extraño en las manos y que se me se me acercaba cada vez más.