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Sin embargo no fue así, llegar al hospital con aquellos ánimos y que unas simples palabras arruinaran mis esperanzas, oír al doctor decir que el cáncer no había desaparecido, que al contrario era más fuerte, esa noticia me fue destruyendo poco a poco, no quería que me vieras llorar, que supieras que nuevamente estaba vulnerable y devastada.

En ese momento pude ver la otra versión de Haechan, esa que nunca creí ver, tu rostro reflejaba miedo, el cual era comprensible. No sabíamos que iba a pasar, solo nos tocaba seguir escuchando al doctor.

Una hora, todo no lo dijo en hora, todo lo que tenían que hacer, volver a todos esos exámenes, ir de hospital en hospital, nuevamente será un martirio, sin embargo asumimos ese desafío nuevamente.

Comenzó la misma rutina, esta vez los doctores decidieron que te tenías que quedar en el hospital ya que tú condición estaba en estado crítico, el tratamiento se iba intensificando cada vez más, pensábamos que lo ibas a lograr, que esta vez era la definitiva, y así es como llegamos al día 25 de mayo.

Ya habían pasado varios meses en los que te mantuvieron en una camilla, eso no fue el impedimento para que pudieras divertirte, las enfermas llegaban a controlar que todo estuviera bien, cada vez tenía que falta a clases para poder estar a tu lado y me lamento tanto que el único día que no llegue temprano sucedió lo peor.

Verte tan devastado, me rompió el corazón, ya no estabas bien, recuerdo verte en esa camilla, relajado, pero sufriendo internamente, hablamos de lo más normal, me preguntaste por mis estudios, no platicamos mucho ya que algo sucedió.

Te costaba mucho respirar, rápidamente llamé a las enfermeras, llegaron rápidamente pero no sabían que pasaba, no entendían que estaba ocasionado que no pudieras respirar, así que llamaron al doctor, en ese pequeño lapso de tiempo me acerqué rápido para estar a tu lado, estaba muy preocupada, tomaste mi mano, ese pequeño acto, la última vez que sentiría tu piel. Intentaste articular algunas palabras, pero sonaban como balbuceos, a excepción de una.

Te amo.

Fue la última palabra que dijiste, llegaron los doctores, fue demasiado tarde, ya te habías ido.

Será nuestro último adiós  (haechan) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora