Capítulo V.

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México miró por encima de la sabana para ver si los demás ya habían salido. Soltó un suspiro de alivio al no verlos.

-Chuta, casi la cago... - dijo, luego busco a Chile con la mirada. - México, ven acuestate...- repitió con voz chillona y haciendo movimientos exagerados. -¡Estas viendo la tempestad y no te incas!- regañó levemente.

Chile frunció el ceño.

-Neta, si no fueras compa te hubiera soltado un chingadazo.- amenazó levantándose de la cama.

-No fue culpa mía -Chile de estaba vistiendo mientras le prestaba el menor caso a México.

Ya estando en la cocina, estaba el salvadoreño comiendo un pan todo duro, pero era el hambre el que lo movía. Miró a México y le sonrió con la boca llena.

-¿Yja te recjuperajte de la cojifda?

-¿Qué?- le miró confundido. -Habla cuando acabes de masticar, cochino. - regañó mientras buscaba en el lugar lo que necesitaba para hacer de desayunar.

Oh sí, estaba enojado con Salvador pero aún así le iba a tomar la palabra sobre el desayuno. Planeaba hacer unos deliciosos chilaquiles rojos, picantes obviamente. Entre más pique, más bueno está.

Tragó la comida que tenía en su boca, sin embargo, considero sensato el no repetir su pregunta para conservar su vida y la de su pueblo.

-Nada, nada - tiró el pan, ya se sentía rancio - ¿te ayudo en algo? - tal vez se había pasado un poquito con su shippeo.

-Chile... - pidió mientras se giró a encender la estufa y colocar una olla con agua en ella.

Chile bajó a paso lento. Estaba cansado pues quería dormir más.

-¿Qué? -habló bostezando.

-¿Qué? - repitió la pregunta confundido.

-¿Qué?

México quedó en silencio sin quitar la expresión poker que había puesto.

Comenzó a toser para evitar la risa y se giró a su alacena.

-Tengo un bote de Chile, también están los jalapeños, no sé que vas a usar. - su voz sonaba tranquila, sin embargo estaba conteniendose de gritar para llamar a los demás, que estaban gastándose los ojos con Netflix.

Chile notó el error y no le dió la mas mínima importancia.

México decidió ignorar lo qué había pasado y busco los chiles que necesitaba. Los puso a coser y se sentó en la silla de la mesa.

El pobre Salvador comenzó a sentirse como quinta rueda de un carro, exacto, de más. Así que tomó posición y comenzó a fingir que tocaba el violín mientras retrocedía hacia la salida, tal vez podría dormir y quitar esas grandes bolsas negras que no haber dormido y chillar le habían aparecido... ¡Ja! Claro, ¿y perderse lo que su shipp favorito hiciera? Ni loco, mejor se quedaba detrás de la puerta para pasar el chambre.

-¿Por qué no traes ropa?

-Si tengo ropa...- miró hacia abajo, encontrándose con su cuerpo solo usando boxers. -Ah, no, no tengo... No me la puse por tu culpa.

-¿Yo que o qué?

México decidió ignorar a Chile y al Salvador, quien se supone había salido de la cocina pero se notaba que seguía Espiando tras la puerta, y comenzó a picar la cebolla.

Chile solo se estiró y se sentó.

-Chile...- Le llamó, rompiendo el silencio. -Lamento mucho lo de ayer, no era mi intención que nada de eso pasara. - rasco su nuca avergonzado. -Lamento si te incomodé.

¡Exijo inclusión! ෴ Country Humans [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora