Capítulo I

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Cinco países estaban frente a su casa, ¿en serio le haría caso a ONU?

Suspiró antes de alisar su camisa deportiva y dirigirse a su sala, en lo que decidían si tocar la puerta o no.

No tenian más opción que hacerlo, Salvador comenzó a preguntarse "¿Por qué eres así?".

Esperó un momento, que le pareció eterno. ¿Por qué aún no llamaban a su puerta?, él estaba seguro de haberlos visto afuera. Entonces... ¿qué ocurría?

Miles de pensamientos se apoderaron de su mente. ¿Y si los había alucinado?, ¡¿Y si ya se habían ido?!

¡No podía ser posible!, ¿ni siquiera le agradaba a los demás países hablahispanos?

¿¡Por qué no?!

El Salvador era un gran país; era amable, humilde y con una gran personalidad. Dios, ¿¡por qué no lo querian?!, ¡él era perfecto!

Se dió un leve golpe a sí mismo. Ahora mismo sonaba como una combinación de México y E.U, y no quería serlo.

Esperó un momento más, y sin darse cuenta ya estaba frente a su puerta. Daba pequeños golpes al piso con su pie, y de la nada comenzó a caminar en círculos.

¿¡Por qué no tocan la puerta?!

Y entonces sus súplicas fueron escuchadas, alguien tocó.

Abrió la puerta rápidamente. Ahí estaba España, México, Argentina, Chile y Estados Unidos, justo frente a él.

Sintió que todos aquellos pequeños brotes de terror lo poseían con fuerza.

—Hola, buenas noches. — en su intento de sonar más presentable y eliminar todo coloquialismo y frase típica de su "región" terminó sintiéndose más tonto

—Que onda.-—saludó el más cercano. Salvador lo miró extrañado, supo de inmediato que el chico que estaba frente a él era México. Pero se veía algo extraño. — Soy... Dios ¿qué digo?, es obvio que sabes quién soy. Por cierto, ¿te gusta mi bigote? — soltó de la nada. El Salvador sabía perfectamente que era falso, se veía a kilómetros que lo era.

—México comportarte tío, lo vas a asustar.—le dijo España seriamente.

No si, eso ya lo hicieron desde que los ví... Pensó mientras asentía hacia el español.

—No es momento para hablar de la rata muerta que llevas en tus labios, salta muros.—comentó el argentino para molestar al contrario.

—Ñañañaña... ¡no soy un salta muros!, ¡ya evolucione!, me muevo bajo tierra, perros...— presumió.

—Y ya comenzaron a pelear. — masculló el más bajo, suspirando por lo bajo, eso sería cansado.

—México, Argentina, ¡comportense! — regaño a los dos países — soy España, un gusto conocerte, Salvador.

—El gusto es mío España. — trato de que no se le saliera lo 'jincho' ante los demás y sonrió.

- ta gueno, soy México, es un honor conocerme. Agracedele a la virgencita de Guadalupe.

—Uh, déjense de weas que me ponen nervioso. —comentó un muchacho después de sufrir un escalofrío.

- ¡Aguas! - gritó México, asustando un poco a los demás. -¡Terremoto!

Chile miró a México con furia para después darle un golpe en la coronilla de la cabeza.

—Callaté, huevón.

El Salvador solo se quedó pasmado. Eran demasiado para él, ¿podía abortar misión?

— Perdon por nacer... ahre... Bueno, mucho no gusto y bienvenido a los juegos de la macrisis.— Le dijo guiñandole un ojo.

—Ustedes están bien cerotes —dijo riendo muy a gusto — ya pasen. — invitó

—¡Ya era hora!, yo era guerito pero por estar bajo el sol quedé así. Palabra.

— Si, si, tan real como la rata que tienes en tu cara. — se burló de nuevo Argentina. Disfrutaba molestar a México.

—Con Miguelito del pelito no te metas. Tardó mucho en crecer. Sólo me tienes envidia porque tengo un gran mostacho y tú no. — Le mostró la lengua infantilmente.

E. U quien estaba lejos del escándalo hasta ahora se acercó a él. Le sonrió por un momento, y sin previo aviso le arrancó el bigote de un tirón.

México soltó un grito de dolor.

—¿Qué decías salta muros?— Soltó varias carcajadas incontrolables a lo acontecido.— ¡E.U me caes mejor!

—Uy, los pololos —se burló chile

—¿Celoso, traidor?. —dijo y miró hacia otro lado un poco avergonzado por las palabras dichas .

—Mira que ni un poco —sonrió intentando no temblar.

—Vaya que si gritas México, pareces nena. —se burló también España.

— ¡Esto es una falta de respeto!.— Se cruzó de brazos y fruncio el ceño.

El Salvador los miraba en silencio mientras trataba de descifrar como los había considerado 'los más influyentes'.

Hasta él era más civilizado.... Bueno, cuando quería.

—¿Que hacemos ahora?...— Preguntó mientras analizaba el lugar.

—Bueno ya, chicos dejemos que el anfitrión hable. Lo estamos asustando. —les Dijo España cruzandose de brazos mientras que observaba a El Salvador.

El denominado anfitrión se rascó la nuca y pensó, ¿qué hacer con esos locos?

—Ah, ya me dió la tutumusta — susurró, para luego sonreír bien exagerado — a ver, bichos, ¿quieren probar mis famosas pupujas?

Al instante, un sonrojo fuerte le invadió, ¡rayos! El indio interior se le había salido.

— No entendí. — dijo México. El lugar donde estaba su bigote ya estaba rojo e hinchado por el tirón. — Pero la tuya por si acaso.

—¡Que cosas dices pelotudo!- golpeó la cabeza del mexicano con enojo.— Bueno, Salvador estoy cagado de hambre así que dame tus bicharracos. — el argentino soltó exageradamente.

—También la tuya, por si acaso.

—Ah... por mi esta bien... pero una pregunta... ¿Qué son pupujas?... —Preguntó España

—Por favor, parecen flaites, muestren respe.... Si, ¿Qué wea es?

—Ay estás bien wey, es obvio que eso es... eso es... comida... supongo.—suspiró. —Al Chile no sé que es eso.

—Yo las hago mejor. — habló el estadounidense por primera vez, causando una risa burlona del dueño de la casa.

—YA QUISIERAJ, GRINGO. — Miró a los demás con una sonrisa — es una comida típica de aquí, perenme, las hago rapidito, pasen al comedor. —les señaló la puerta del lugar mencionado y él fue corriendo a dónde estaba la cocina.

—¡Les dije! — gritó orgulloso — es comida.

—¿Será venenosa?

Chile tembló.

—Espero que no

—No sean chillones, ni aguantan nada. — México entró a la casa como si fuera suya mientras gritaba sin descaro alguno "¡Ya llegué!"

—¡Me estoy muriendo de hambre!.. .¡Me voy a morir!. — Prosiguió a entrar con pasos pesados.

—¡DEJENSE DE CHILLONES! YA LLEGO CON LAS PUPUSITAS. — gritó con fuerza el chico, porque era chiquito pero con buen galillo, cómo él decía.

Well, ¡pero hazlas bien! — E. U. disfrutaba ver a El Salvador sufrir, se le notaba a kilómetros que los recibía por órdenes de ONU y obviamente él contribuiría.

¡Exijo inclusión! ෴ Country Humans [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora