Cuatro

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— Sinceramente, pensé que no lo acabarías, pero me alegró que haya estado listo ayer, espero que nuestra calificación sea buena al menos... —habló Jisoo con aquel tono arrogante de siempre. Rodé los ojos.

Jisoo era quien me impedía ser el primer lugar en esta nueva universidad, siempre había alguien quién me lo quitaba, en mi anterior universidad Hwasa, pero al menos ella no me miraba como si fuera inferior. Y luego estaba Jimin, él estaba en cuarto lugar, pero me caía bien, era bueno con todo el mundo.

Ayer había terminado mi parte del estúpido trabajo, igual no había sido para tanto y la ayuda de Namjoon una noche antes sí funcionó. Con tener eso listo me daba por servido ¡Vamos Jungkook, hoy y mañana y será fin de semana, sí puedes! Intenté animarme solo, pero tenía ganas de llorar. Tonta universidad, tonto departamento, tonta renta y tonto empleo, los odiaba a todos.

Después de que la maestra se fué y siendo la última clase, al fin pude salir de esa tortura, al ser Jueves salía una hora antes de la universidad, por lo que Jimin y yo quedamos en ir a comer algo, ramen estaba bien ó tal vez fideos picantes.

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Después de comer con Jimin fuí a la cafetería; oh dios, si mi vida iba a ser siempre tan pesada mejor convierteme en un perro. Bueno, Jimin al menos era divertido, tenía chispa y aparte le encantaba bailar, era bueno, me enseñó algunos vídeos.

— ¡Ey Jeon! —me habló mi tío justo cuando entré al trabajo— Adivina qué, —pasó un brazo sobre mis hombros— hoy es el cumpleaños del hijo de los padres de por allá, y ¿sabes lo que hacemos el día que los padres pagan para que se celebre en el local? —lo miré con una ceja arriba mientras negaba— Nos disfrazamos, justo tengo una diadema de orejas de conejo y mmm, ven te haré bigotes. —¿Era broma?

No era una broma. Ahora tenía las orejas en mi cabeza y un bigote con plumón negro de mi nariz hasta mis mejillas. Lo que faltaba.

— No te preocupes, solo será unas horas y el dinero se reparte. —dijo mi tío dándome unas palmadas cuando terminó de pintar mi rostro. Bueno, al menos tendría dinero extra.

Fuí hasta la caja y comencé a atender, algunas personas se veían curiosas y otras preguntaban sobre el apartado de atrás, dónde niños comían como  bestias donas y jugaban típicos juegos infantiles con gritos que solo me hacían querer atarles cinta en la boca. Yugyeom salió de la cocina con una diadema de antenas. ¿En serio? Mientras a mí me habían pintarrojeado todo a él ¿solo le ponían unas antenas?

— Disculpa, ¿Tus dientes son parte del disfraz? Son muy lindos —una niñita a la altura de mis rodillas habló interrumpiendo lo que iba a decirle a Yugyeom tras de mí, quién comenzó a reír.

— Son dientes reales y gracias por alagarlos, muerden muy bien, ahora ¿Por qué no vas a jugar con tus amigos? Corre antes que al conejo se le antoje comer niños. —le dije agachandome sobre el mostrador. Sus rasgados ojos se abrieron sorprendidos y asintió rápido antes de irse corriendo.

— Uy, alguien no está de buen humor. —rió Yugyeom tras de mí, luego empezó a jugar con las orejas sobre mí cabeza.

— ¿Y que se supone que eres tú? Animal sin chiste...

— ¿Estás llamando sin chiste el disfraz que me dió tu tío, sobrino favorito? No sé tú, yo me iría quitando el sobrenombre. Soy una catarina, iluso.

— Soy su sobrino favorito...

— Yo no arruinaría la dignidad de mi sobrino favorito. —me interrumpió.

— Cállate. —lo golpeé y comenzamos una pequeñísima pelea de manos.

— ¡Conejo salvaje! —exclamó riendo.

Black Eyes ||KookV|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora