5. Ahogándonos

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"Aquella noche ambos supieron que el destino puede hacer que te encuentres con quien menos piensas y que aquella persona, deje una huella imborrable en tu vida."


Chris se encontraba en la barra del bar cuando ella entró.

No era muy tarde, serían las once de la noche más o menos. Cuando la chica lo vio, no se le hizo desconocida su cara pero tenía otras cosas en la mente: el chico que le gustaba, llegaría dentro de poco a aquel bar. Había quedado ya unas cuantas veces con él y estaba ilusionada con la relación que en un futuro podía tener con aquel chico.

Se sentó en la barra, justo enfrente de aquel chico que tanta curiosidad le levantaba. Ella había llegado antes de tiempo y se pidió una copa mientras esperaba. Se puso a observar a aquel chico. "Quién es?" No podía dejar de preguntarse quién era y por mucho que lo pensaba no conseguía acordarse donde había visto antes aquella cara. Parecía que le pasaba algo, parecía pensativo... Jugaba con la copa, pero no había dado ni siquiera un sorbo.

A la vez, ella empezaba a inquietarse. La hora de su cita había llegado y su acompañante no llegaba. "¿Dónde estará? ¿Le habrá pasado algo?" No dejaba de mirar el reloj y no podía evitar preocuparse.

Once y cuarto, once y media, doce... El chico de su cita no había llegado todavía. Pocos minutos después, su móvil sonó. Era un mensaje del chico con el que había quedado.
"Lo siento, no voy a ir. Estoy con otra persona y me he dado cuenta de que no quiero hacerle daño. Adiós"

"Adiós dice. ¿Adiós? Con un simple adiós lo arregla todo. ¿Está con otra? Como no pude darme cuenta antes... He sido una imbécil "Se bebió todo lo que quedaba en su copa de un trago y pidió otra. Sus ojos empezaban a empañarse con las lágrimas que luchaban por salir al exterior. "No puedo creer que me haya hecho esto.""No pudo reprimir más sus lágrimas y comenzaron a rodar sin parar por sus mejillas.

Levantó la mirada y fue casualidad que aquel chico hizo lo mismo al mismo tiempo y sus miradas se encontraron. La de ella era triste, llorosa, parte del maquillaje se había corrido debido a su llanto. La de él no era muy diferente a la de ella. Aún así, no se veían rastros de lágrimas por su rostro. Eso sí, sus ojos no podían verse más tristes. Mostraban días de pena, de dolor...

Él también la vio. Se sintió identificado con la mirada de la joven a pesar de que no la conocía de nada y no sabía qué era lo que pasaba por su mente. Lo único que sabía era que se encontraba mal, como él. Ahogando sus penas con una copa entre las manos. Lo que desconocía es que aquella copa en un principio la bebía para pasar el tiempo mientras esperaba, porque en poco tiempo iba a estar divirtiéndose con quien ella creía que era su pareja. Pero no. Todo acabo siendo para ahogar las penas, tal y como él pensó al verla.

En cuanto sus miradas se cruzaron, ella le reconoció al instante. Ahora se sentía doblemente imbécil. Es Chris...

No quería ponerse nerviosa ni mucho menos, pero cuando vio que el chico se levantaba, bebía su copa entera de un trago, la dejaba en la barra y se dirigía hacia ella, su corazón comenzó a latir a cien por hora. Si lo que le había hecho su chico, no podía creérselo, ver a Chris ahí era totalmente increíble.

Él se acercaba a ella. "Para una vez que lo veo y voy con estas pintas, seguro que parece que me han dado un puñetazo en cada ojo. Encima me invento cosas...y me creo que viene hacia mi..." Chris pasó por su lado pero ni siquiera se fijo en ella sino que pasó de largo hasta entrar a los baños que estaban detrás de la chica, cosa que había pasado ella por alto.

Motionless In White |One Shots|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora