Motionless In White |One Shots|

10. Little Girl [!]

*SEGUNDA PARTE DE DADDY*

"Nunca prometí un cuento de hadas. Pero haría todo lo posible para seguir viviendo en este sueño."

Chris

Deseaba tanto a aquella pequeña chica, que era imposible siquiera concentrarme.

Hacía solo un par de días que la había tenido bajo mi cuerpo, que me era imposible creer que no podría estar mucho tiempo separado de ella.

—Jefe —sonó el interfono de mi oficina —La junta de las 3, se cambió hasta las 4:30 ¿Quiere que cancele su cita de esa hora?

¡Diablos! Había concentrado esa "cita de trabajo" para ver a mi pequeña _____, pero tendré que cancelarle.

—No, Verónica, lo haré yo, gracias —estaba por llamar a _____ cuando escucho que tocan la puerta de mi oficina —Adelante.

Y para mi sorpresa, es el padre de _____. El hombre que confía en mi, quien me ofreció este puesto porque vio potencial en mi trabajo, el mismo hombre que adora a su pequeña hija, el padre de la hermosa chica que me estoy follando.

—Señor, Michaels —lo invito a sentarse— ¡Que agradable visita! ¿En que puedo ayudarle?

—Motionless. A mi también me agrada verte y más si se trata de dinero —le sonreí— Necesito que el fin de semana vayas a New York —asentí— Irás a firmar el nuevo contrato para la compañía.

—Será un honor para mi, jefe —lo veo sonreír, mientras se levanta de su asiento.

—Cuento contigo —me estrecha la mano.

—Gracias por la confianza.

En cuanto lo veo salir de mi oficina, corro con mi secretaría para pedirle que arregle todo para New York.

—Que sea lo más temprano que se pueda —estoy dándole las indicaciones a Verónica, pero siento algo de incomodidad, cuando ella se acerca más a mi de lo que me gustaría, y esto me recuerda a ocasiones pasadas en que ha sucedido —Por favor —la miro seriamente— Nuestra relación es solo de trabajo.

—Perdone, Señor Motionless —se acerca más y toma mi corbata en sus manos— Sabes usted que yo...

En ese momento vi salir de la oficina de mi jefe a _____, y de inmediato me aleje, ella me miraba con enojo, pero pude notar algo de decepción, y eso me hizo sentir un idiota.

—Hola, Chris —ella camino hacía donde estaba. Siempre me saludaba así, aparentábamos una relación cordial ente la gente.

—Buenas tardes, señorita _____ —tomo su mano y le doy un leve apretón— ¿Cómo ha estado? —se acerca más a mí.

—No mejor que tú, por lo que veo —señala con su cabeza a Verónica, que va saliendo por la puerta, yo niego.

No tardo en hacer que entre a mi oficina. Ella no se lo esperaba, así que me fue más fácil ponerla contra mi escritorio, no sin antes poner seguro a la puerta.

—¡Suéltame, Chris! —trataba de zafarse de mis manos.

—¡No, pequeña! —pongo sus manos detrás de su espalda— No soy Chris ahora —empiezo a besar su cuello— Soy tu Daddy.