Motionless In White |One Shots|

1. The Ladder [!]

"Me engañaste una vez. Ya es suficiente. ¿Fui más que sólo un escalón en tu camino? Ahora sólo eres alguien a quien solía follar"

Motionless In White.

RYAN

Verla entrar de nuevo a la habitación en la que estoy, hace que lo que se encuentra bajo mis pantalones despierte de inmediato.

Después de no saber de ella por casi 6 meses, claro gracias a nuestra ruptura, causa la misma sensación en mí.

La mujer con quien salí por más de 5 años, me parece tan extraña ahora, ha cambiado de ropa, incluso de color de cabello, pero sobre todo, he escuchado tantas cosas sobre ella, especialmente el hecho de que hay un hombre diferente cada noche en su cama, y me pregunto: ¿No le fue suficiente con el tipo que me engaño?

Rápidamente salgo de mis pensamientos, cuando escucho su nombre, y es Chris quien la saluda efusivamente.

Pareciera que a nadie le importa lo que yo pueda sentir, o si quiero que ella esté aquí.

Veo como de a poco, todos los chicos van llegando a dónde estamos, y nadie puede dejar de verla, todos se la comen con la mirada, y eso me molesta, ella es... Ella era mía.

-¿Ryan? -Alguien me llama, y no quiero ni voltear- Hola, ¿Estás bien? -Al fin la miro.

-Oh, Hola, _____. Sí, todo bien -me muestro indiferente, no quiero que siga a mi lado, o podría arrojarme a ella sin piedad.

-Pues no lo parece -hace ese gesto con las boca que siempre me ha provocado, pero resisto- Estás muy callado.

-Eso no es de tu incumbencia -me levanto molesto, y camino directo a la salida, pensé que la había superado, gran error.

Escucho sus pasos tras de mi, y no quiero detenerme, no voy a voltear, pero lo hago cuando me toma del brazo y hace que la mire.

-¡Ryan! -eleva el tono de su voz- ¿Qué sucede? -la miro mal, y ella cambia su expresión a una de enojo.

-Deja de preguntar. Como si no lo supieras.

-¿Qué? -me mira fastidiada.

-¡Maldita sea! ¡¿Qué no ves cómo me pones?! Aún sigo siendo un imbécil cuando estás cerca. -Estoy furioso.

-Yo... -Parece que se ha quedado sin palabras.

-¡Aborrezco la idea de que te hayas ido! -le grito- ¡Odio que cada vez que alguien te mencione, no dejen de decir que eres una cualquiera. -Lo dije todo, necesitaba hacerlo.

Un largo silencio reino entre nosotros, hasta que ella habló.

-Todo es cierto. -la miro sorprendido- Cada cosa que has escuchado sobre mí, es cierta. Soy una puta. Un hombre diferente cada noche en mi cama, y ¿Sabes por qué? -no contesto nada- No he dejado de odiarme desde aquel día en que cometí el gran error de echarlo todo a perder, de engañar al amor de mi vida. -Gritó eso último.

No sabía que decir.

Hasta que reaccione y la tome de la mano.

-Vamos, joder. Tenemos que arreglar esto.

La arrastre por todo el estacionamiento hasta llegar a mi auto.

-¡Sueltame! ¡Ryan! -La tenía contra el auto.