Devoré libro tras libro, había veces que inventaba los míos, mi enfermedad quedó en un plano, pero nada es perfecto y menos en mi vida, a los quince años fui internado en el hospital, estuve dos semanas en ese lugar, según los médicos, algunos números no cuadraban, ese fue un duro golpe por parte de la realidad. Así pasaron varios años, siempre que tenía un pequeño momento de felicidad en mi bello e imaginario refugio, el cáncer hacia lo que fuera para mantenerme despierto, y decirme “te estas muriendo”.
Después de mis estudios me gradué y conseguí un trabajo de medio tiempo, esto facilitó las cosas de muchas maneras, todavía tenía tiempo para leer mis libros, en esos años aprendí a disfrutar de los pequeños momentos y más si eran de lectura.
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el vivir en un segundo mundo
Romancejamas me quejaré de mi vida, no tengo el derecho de hacerlo, mi vida fue triste pero al final hubo esperanza y por eso doy gracias.