Ups, Lo Hice De Nuevo

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Vi a una chica sola sentada en el balcón, fui a verla para asegurarme que estuviera bien, ella me dijo que estaba triste pues al parecer yo le gustaba y no creía que un chico como yo le prestaría atención, luego agregó: "Ni ebrio cogerías conmigo."

—¿Ah no?— Pregunté yo para luego tomarla de la mano y llevarla a mi cuarto. — Quítate la ropa.— Le dije quitándome la camisa.

—No tienes que hacer esto, en serio.—Me respondió ella.

—Esta bien, lo haré yo— Me Acerque a ella y arranqué su blusa, ella poco a poco se ruborizaba, le quité el brasier dejando sus senos al aire. Me aleje para contemplarlos y volví la mirada para ver su cara, la chica tímida y ruborizada se había ido.

Me lanzó una sonrisa que hizo que mi pene crecieran setenta tallas, arquee mi ceja y me lancé hacia ella chupando sus pezones mientras escabullía mi mano por su pantalón.

Ella entrelazo sus dedos en mi cabello presionando mi cabeza mas hacia sus senos. Sus gemidos me hacían elevarme mas.

Cuando logre colar mi mano a su ropa interior podía sentir el calor que me llamaba a entrar, pase mis dedos por encima de su panty para luego correrla hacia un lado y abrirme paso entre sus labios.

La sentí tan mojada que rápidamente la lance a la cama y termine de arrancar su pantalón. Saque mi pene y me subí sobre ella para poder pasarlo entre sus senos y pedirle que lo recibieran en su boca.

Mientras ella me lo chupaba, gire mi torso para llegar con mi mano a su clítoris que ya había alcanzó su limite, estaba hinchado y deseoso. Me levante y lleve mi boca a su vagina, sus gemidos aumentaban de tono, sus piernas temblaban y con sus manos me guiaba, me detuve antes de hacerla llegar e introduje solo la cabeza de mi pene y la volví a sacar, repetí esto la veces que quise hasta que  sentí sus piernas atarse a mi y empujarme hacia ella dejándome entrar por completo. 

Un grito ronco escapo de ella mientras echaba su cabeza hacia atrás, yo continúe moviéndome tomando sus piernas con fuerza y así dar fuertes embestidas que me permitieran llegar tan profundo como pudiera.

Vi que tenia sus ojos cerrados, me tome la libertad de rodear su cuello con una de mis manos y apretar hasta ver en su rostro la señal de que debía parar. Cuando esta expresión se hizo presente, la tome y bruscamente la voltee para tenerla en cuatro y tener una mejor vista de su culo. Tome sus manos y las mantuve pegadas a su espalda dejando su rostro apoyado en la cama.

Ella gritaba por mas, callaba sus gritos mordiendo la sabana de la cama. Yo seguía con el movimiento, golpeé su trasero las veces que quise, tenía anillos en mis dedos así que algo sangre podía verse.

Volví a voltearla y quedamos cara a cara, abrí con mis manos sus piernas lo mas que pude sin importarme si la lastimaba. Tomé nuevamente su cuello pero esta vez con ambas manos y apreté haciéndola girar sus ojos y sacar su lengua.

Podía oír mínimos jadeos de voz pidiéndome que parara pero yo los ignoraba, estaba apunto de llegar y su estúpida necesidad de respirar no me iban a quitar mi clímax.

Mientras menos oxigeno entraba a ella, mas presión hacia su vagina y mas disfrutaba yo. Solté un mano de su cuello para abofetearla y volvía a ahorcarla. Note que sus labios se tornaban morados, un color que me encanta, ya no hablaba y sus ojos perdían brillo.

Su respiración se detuvo al mismo tiempo que yo eyacule.

—Ups, lo hice de nuevo ¡Ja! Por lo menos acabamos al mismo tiempo, nena...—Dije luego de levantarme de encima de ella. Encendí un cigarrillo y me coloque mi ropa. Después de todo la fiesta estaba por acabar y esta chica tenía que irse junto a las demás, pues aun había espacio en mi jardín.





Relatos De Un Corazón OxidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora