Serena observaba con detenimiento su reino, Tokio de Cristal, habían pasado ya tantos años desde que tuvo que transformarse, todo estaba en paz, al menos en apariencia, pero una sombra estrujaba el corazón de la soberana, la atormentaba todos los días; ella lo sabía y cada día hacía lo posible por ocultarlo pero cada vez era más y más difícil.
-Su alteza- dijo una voz suavemente desde la puerta- la están esperando.
-¡Oh! Hotaru eres tú- dijo Serena sorprendida- ya te había dicho que me digas Serena.
-Si su alteza- dijo Hotaru riendo entre dientes- digo Serena.
Hotaru hizo una pequeña reverencia y se retiró dejando a Serena sumida en sus pensamientos.
-Como me gustaría que estuvieras aquí- dijo Serena dejándose llevar, evocando unos cálidos ojos azules.
Un joven de ojos azules y largo cabello negro observaba a la soberana desde las sombras, el dolor se reflejaba en sus ojos, la amaba y con locura se notaba, la monarca debió sentir su mirada por que giro la cabeza hacía donde se encontraba, pero no logro verlo, pasado unos instantes se adentro de nuevo en sus aposentos.
-Espera un poco más bombón- dijo el joven desapareciendo en la noche
Serena caminó por los largos corredores del castillo, no podía dejar de lado esa sensación, él la había visto lo sabía desde lo más profundo de su ser, no tenía ganas de asistir al baile, todos los días eran parecidos a los anteriores, de día sus deberes como reina y por la noche grandes banquetes, la sensación de ser observada desaparecía paso a paso conforme se acercaba al banquete.
-Serena, aquí estas- dijo un joven de cabello negro azabache y ojos azul eléctrico- te extrañaba.
-Darien- dijo Serena depositando un dulce beso en la mejilla- y yo a ti.
Darien le tendió el brazo y ambos caminaron al salón, donde los invitados aguardaban, todas las miradas se posaron en la feliz pareja, los soberanos entraron y se dio por iniciado el banquete.
Las horas pasaron con lentitud, Serena no podía soportarlo más, se retiró a sus aposentos excusándose, los pasillos se encontraban desiertos conforme se alejaba, la música se desvanecía mientras la iba sustituyendo una dulce melodía que provenía de los jardines, su corazón se acelero, no podía ser verdad, era un juego de su mente, corrió desenfrenada en dirección a los jardines en el centro una sombra cantaba, Serena se detuvo, solo había una persona que conocía esa canción; la sombra dejo de cantar y giro en su dirección, la luz de la luna ilumino sus rasgos, sus ojos azules brillaron con cariño...
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Lo que fue, lo que es y lo que será
FanfictionMuchas veces las cosas no son lo que aparentan, es lo que lamentablemente Serena no sabía o no quería saber, el cruel destino le jugara una pasada de la que tal vez no pueda salir victoriosa como en sus demás batallas por que esta vez el enemigo es...