De visitas y despertares

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Hola! Ya sé, tarde un buen en actualizar pero he tenido unos problemitas y pero les dejo las partes restantes y la próxima semana ya capítulo nuevo ♥

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En el extremo más alejado de la capital, en el barrio más sórdido de Tokio de Cristal en un complejo de viejos apartamentos, un joven se encontraba observando a los grandes aerodeslizadores que surcaban el cielo, lo buscaban a él y lo sabía, la luz de un aerodeslizador se filtró hacia la habitación y rápidamente corrió las cortinas, contuvo el aliento rogando que la luz se alejara.

Cuando finalmente la luz se fue recorrió el angosto y lúgubre pasillo que lo llevaba a la habitación principal, sobre la cama yacía una niña de largo cabello rojo y tez blanca que dormía apaciblemente y se dedicó a observarla en silencio mientras sus pensamientos fluían libremente.

-Reiko- murmuro Seiya con ternura- como me hacías falta.

FLASH BACK

-Seiya por favor -suplicó Natsuki- ella no es tu responsabilidad.

-Pero lo es de un modo u otro -replicó Seiya testarudamente, mientras observaba el atardecer, evitando su mirada.

-Bien, pero si te vas no vuelvas.

-Natsuki por favor, eres lo único que me queda- la miró intensamente a los ojos- sólo tu confiaste en mí, cuando nadie más lo hizo, estos años a tú lado han sido maravillosos...

-Si han sido tan maravillosos como dices -interrumpió Natsuki con lágrimas en los ojos- te quedarías junto a mi y no correrías a su lado...

Seiya la miró anonadado y herido.

-Firoz no es mi hogar- comenzó cauteloso.

-Tampoco lo es la Luna y mucho menos la Tierra -contraataco Natsuki con fiereza- al menos se honesto contigo mismo.

-Adiós Natsuki -murmuró Seiya mientras lentamente se alejaba de Firoz y la vida de dicha y felicidad junto a Natsuki.

FIN DEL FLASH BACK

-Ma...mamá- musitó Reiko entre sueños.

Seiya se acercó y la tomó entre y comenzó a entonar la canción que había escrito para ella hacia ya bastante tiempo mientras las lágrimas afloraban sigilosamente.

...

La luz se filtraba por entre las cortinas cerradas, formando etéreos espirales mientras descendían para posarse sobre un cuerpo que se encontraba postrado en la cama, su respiración era pesada y trabajosa, a un costado con la cabeza apoyada entre sus brazos se encontraba una figura, su rubio cabello grasiento demostraba ferviente espera, se movió un poco mientras murmuraba cosas intangibles.

El cuerpo de agitó un poco lo que provocó el brusco despertar de Serena, sus ojos se llenaron de esperanza mientras se posaban en la chica de cabellos rosados que tanto amaba, lentamente se fueron llenando de lágrimas mientras pasaba amorosamente su mano entre su cabello alborotado.

Tocaron la puerta con delicadeza pero al no recibir respuesta abrieron suavemente, por ella se asomó el monarca de la Tierra, se fijó en la escena que se desarrollaba y no pudo evitar sentirse ajeno, pero tomo la resolución de entrar y cerró la muestra tras si, se vislumbraba cansado, su elegante porte había desaparecido, sus hombros caían pesadamente a un costado y finas arrugas comenzaban a aparecer en su tersa frente.

-¿Cómo está? -preguntó cuidadosamente.

Serena se sorprendió y lo miró con los ojos enrojecidos mientras volvían a ponerse llorosos, sin evitar que dos gruesas lágrimas rodarán por sus mejillas, no dijo nada y su vista se perdió en el infinito mientras sollozaba en silencio.

Lo que fue, lo que es y lo que seráDonde viven las historias. Descúbrelo ahora