❝ Lᴀ ᴍᴀɢɪᴀ ғʟᴏʀᴇᴄᴇ sᴏʟᴏ ᴇɴ ᴘᴇʀsᴏɴᴀs ᴇsᴘᴇᴄɪᴀʟᴇs ❞
Harry y Nashira se quedaron. confundidos con las palabras del viejo Santa.—¿De qué cartas habla? — le preguntó el joven azabache, pero él señor parecía tan centrado en sus cosas que no le presto atención.
Estában dispuestos a irse cuando él volvío a hablar.
—¿A donde creen que van? Tengo que hablar con ustedes— miro primero a Harry y después a Nashira, a esta última con recelo.
—Bien hable, no tenemos todo el dia— el señor miró a Harry alzando una ceja y después a la rubia como si esta fuera la culpable de su comportamiento.
—Siéntense.
Ambos se sentamos en la cama de la chica mientras el se quedó de pie y cerró la puerta.
—Mi nombre es Albus Dumbledore y soy el director del colegio Hogwarts de magia y hechicería— se presentó.
Harry y Nashira se miran y soltaron una carcajada.
—Señor, no estamos para bromas hoy, tenemos algo muy importante que hacer... — el chico se puso de pie pero se congeló al escuchar lo que dijo.
—¿Como planear su huida de este lugar por la parte trasera? — preguntó divertido.
—¿Usted como sabe eso? — preguntó la chica confundida.
—Debío escuchar nuestra conversación Nash, solo esta tratando de engañar... ¡Pero como diablos! ¡Haga algo! — grito Harry mientras observaba como el armario se prendía en llamas. Intentó salir por ayuda pero el fuego se apago así como llegó, sin hacer un solo daño.
El señor Dumbledore sacó un palito de madera y señaló a Harry la cama. A regañadientes el se volvió a sentar.
—Esta, en una varita, el artefacto que todo mago o bruja de más de 11 años tiene— explicó el.
—¿Así? ¿Y que hace con ella? ¿Bibidi babidi bu? — preguntó la rubia irritada.
Ignorandola, hizo un movimiento de muñeca y ambos niños estaban en el aire.
—¡Genial! ¡Peter Pan! ¿Ahora que, nos llevará a Nunca Jamás? — preguntó Harry aburrido.
El viejo director estaba sorprendido, estos chicos de verdad que eran especiales. Aunque no sabía en qué manera.
—Sus trucos baratos ya los hemos visto en el centro, hacer flotar a alguien no es nada de otro mundo— explicó la niña encogiendose de hombros.
Sin saber que hacer, transformó la silla en un perro, al instante, Nashira comenzó a estornudar.
—Bueno, ahora si creo que el sea un brujo, ahora desaparezca a su perro, Nash es alérgica— lo regaño Harry. El obedeció— ¿Que quería lograr con esto? ¿A que vino?
—En un principio venía a darle su carta de aceptación de Hogwarts a la señorita Black, pero me tope contigo... Pensé que estabas con tus tíos, con razón me dijeron que nunca te habían visto por el lugar— explicó el profesor.
—¿Señorita Black? ¿Tíos? Usted si que esta loco— Dumbledore ya empezaba a estresarse.
—En efecto Harry, la señorita Black es Nashira— explico— Y tu tienes unos tíos que se suponía te cuidarian— la cara de ambos estaba seria— Ustedes son magos, sus padres estudiaron en el colegio Hogwarts.
—¿Usted cree que iremos al lugar donde estudiaron nuestros “padres”? ¡Nos abandonaron! No queremos nada que venga de ellos— contestó Harry enojado.
—Sus padres no los abandonaron... Ellos fueron asesinados— soltó.
—Wow, su tacto me impresiona— dijo Nashira sarcástica
Harry se quedó hecho piedra.
—Pueden venir conmigo y escapar de este lugar— les ofreció, posteriormente le entregó una carta a ambos— Esperare su respuesta.
Y salió de la habitación dispuesto a averiguar que había pasado para que Harry Potter terminará en el mismo orfanato que Nashira Riddle.
Los niños observaron los sobre: Estimada Señorita Black, se leía en el de ella; Estimado Señor Potter, leyó el.
—No podemos ir— susurro Nashira— No estarás pensando en decir que si, ¿o si Harry? — preguntó ella nerviosa.
—Es nuestra oportunidad, al fin sabemos por qué no somos iguales a esos estúpidos de Masón y su pandilla— el parecía seguro.
—Harry, ¿que te hace pensar que si sea verdad? ¿por qué ahora? Si ese señor sabía de nosotros, ¿por que nos dejó en este lugar?
—No lo se Nash, y es lo que quiero averiguar... Y cuando lo haga, haré que todos los involucrados en esto paguen lo que hicieron— susurro.
—¡Solo somos unos niños!
—Nunca dije que hoy, ni mañana, tenemos tiempo y Hogwarts nos dará eso— le explico.
—A veces me das miedo.
—Tu igual das miedo cuando te pones en plan “Nadie me detiene” y no te digo nada— se encogió de hombros el chico.
Después de eso, ambos se quedaron el la habitación hasta muy entrada la noche y oficialmente ya tenían 11 años de edad.
Al día siguiente enviaron la carta y esperaron hasta que alguien contestara.
Paso una semana y los chicos pensaron que solo les habían jugado una broma, hasta que alguien apareció en la puerta del orfanato preguntando por ambos.
Era un hombre, más alto de lo normal.
—Soy Rubeus Hagrid, guardián de los terrenos de Hogwarts, Dumbledore me mando por ustedes— sonrió hacia el azabache.
—No tenemos nuestras cosas... Pensamos que había sido broma— murmuró Nashira, el hizo una mueca.
—Pues andando, ¿Donde esta su habitación?
Subieron hasta la planta alta donde recogieron las pocas pertenecías que tenían y partieron. Era de noche, así que tomaron el autobus. Se estacionó una cuadra antes y tuvieron que caminar hasta el lugar, a simple vista parecía un local abandonado, pero cuando se iban acercando fue tomando vida, y en el letrero se leía “Caldero Chorreante”
—Es un hechizo, aleja a los muggles— les giño un ojo.
Entraron al lugar, había algunas mesas ocupadas, pero ellos se acercaron a la barra.
—Necesito un par de habitaciones Tom— le dijo al cantinero.
El se giro y miró a Hagrid, para después pasar su mirada a Harry.
—¡Santo merlín! ¡Es Harry Potter! — ante eso, el poco ruido que había en el local se extinguió y dio paso a los murmullos.
Ninguno de los dos niños entendían por que se habían puesto así ante la mención del azabache.
Magos y brujas se presentaron ante Harry, ignorando a Nashira, lo cual la hizo enojar y ceno en silencio. El chico se preocupo y trató de romper el silencio.
—Hagrid, esa palabra que dijiste antes... Mugglis, ¿que es?
—Es Muggles— le corrigió su amiga— Rayos.
—Así es como llamamos a las personas sin magia.
—¿Y por qué todos en el local se pusieron así cuando vieron a Harry? — preguntó la chica distraída pero interesada.
—Creo que esa será una historia para mañana, ¡miren la hora!
Subieron las escaleras y trataron de localizar sus cuartos. Antes de entrar, ella lo miró con tristeza.
—Creo que el único que debió venir, eras tu— y cerró la puerta.
El chico suspiro entrando a su habitación.
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Sangre de serpientes
Fiksi Penggemar❝ Dᴏɴᴅᴇ Hᴀʀʀʏ Pᴏᴛᴛᴇʀ ғᴜᴇ ᴄʀɪᴀᴅᴏ ᴇɴ ᴇʟ ᴍɪsᴍᴏ ᴏʀғᴀɴᴀᴛᴏ ϙᴜᴇ Tᴏᴍ Rɪᴅᴅʟᴇ ❞