CAPÍTULO XIV: TRAMPA MORTAL

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Jughead's POV

Cuando estábamos frente al tiroteo vi a un lado a la policía de Riverdale y en el otro lado, donde nosotros nos hallábamos, a los narcos y a los matones liderados por mi madre.

¡ Tenemos rehenes! - gritó mi madre.

¡ Mamá para! - sollozó Jellybean.

¡ Tirar las armas, es la última vez que lo digo! - gritó el agente Keller.

Mi madre agarró a Betty por el cuello antes de que yo alcanzara a coger su brazo y la apuntó con su revólver directamente a la cabeza.

¡ Un disparo más y le vuelo la cabeza! - gritó enfurecida.

¡ Mamá por lo que más quieras suéltala! - grité paralizado por el terror.

Mi madre se giró para mirarme y en ese momento sonó el disparo que desencadenó el final de todo aquello. Mi madre se desplomó totalmente en el suelo y Jellybean y yo nos quedamos totalmente paralizados.

¡ Todos al suelo! - gritó uno de los agentes.

Todos nos tiramos al suelo y nos cubrimos las cabezas. Solo oía llantos, gritos y muchas pisadas de los narcos corriendo en una huida desesperada.

Betty's POV

Cuando al fin acabó el tiroteo y nos dijeron los agentes que podíamos levantarnos y que todo estaría bien, lo primero que hice fue correr hacia Jughead quién miraba el cielo en shock todavía. En cuanto me vio correr, reaccionó y se fundió conmigo en un fuerte abrazo.

Jug... - dije yo entre lágrimas. - Yo lo siento mucho de verdad.

No pasa nada, ya no hará más daño a nadie jamás. - suspiró él.

¿ Estás bien? - pregunté rozando cariñosamente su mejilla.

Aguantaré, pero te necesito - me dijo estrechándome cada vez más fuerte contra su torso. - ¿ Estarás conmigo?

Ya sabes que siempre - contesté dedicándole una sonrisa.

Jellybean se dirigió hacia nosotros y los tres nos dimos un abrazo que duró muchísimo tiempo.

Sabía que ahora me necesitaban los dos porque, aunque su madre hubiese hecho cosas tan aborrecibles, seguía siendo su madre y ver morir a alguien siempre deja un trauma que cuesta curar.

Cuando llegaron las ambulancias yo me dirigí hacia una pues el tiro que le habían asestado a Gladys también me había rozado a mí.

Estás aquí - dijo Jughead aliviado al verme. - Dios, estás sangrando.

Me da igual - susurré mientras apartaba un mechón de su alborotado pelo de su rostro y nuestros labios se fundían en un lento, pero apasionado beso.




Amor o RiesgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora