Desde niña siempre me ha gustado dibujar. Quizás desde que mis padres me llevaron a Venecia, de donde me enamoré de su gente y sobretodo de sus edificios rodeados por calles cubierta de agua.
Donde se podía apreciar como diversos matices de colores se refleja en el agua durante la puesta de sol. Como si de un cuento de hada se tratará.
Desde entonces supe que quería ser arquitecta y crear lugares mágicos como ese.
Después del colegio, decidí inscribirme en una de las mejor universidad de Londres, donde conseguí una beca completa para estudiar.
Y luego de eso... mi meta era conseguí empleo.
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En la primera semana de trabajo, me había dado cuenta que mi primer fantástico e ideal trabajo no iba a ser ni fantástico ni ideal. Me habían contratado en ######, donde son los encargaron de realizar los mejores diseños arquitectónicos del XXI en todo Europa.
Mientras que en mi contrato yo aparecía como otro miembro en el área de arquitectura, en realidad era una de las "tipica chica de los recados" — eso es lo que se hace para pagar derecho de piso... Oh eso te dicen [solo es una mentira, es una forma de aprovecharse de los "nuevos"]—llevaba casi dos meses, donde lo único que hacía era imprimir informes, fotocopiar los diseños de edificios que deberían de haber sido diseñados por mí, entregar correos y servir café. Y eso no era lo peor... ¡Era la chica de los mandados de otras áreas!.
«¿De verdad me preparé tantos años en la universidad, solo para servir café?».
La voz de mi compañera me trae devuelva a la realidad.
— Lucía, te solicitan en el piso 27
—¿Po-por que? — siento como se me acelera el corazón.
—No lo sé... No me dijeron nada—me mira con lástima— lo siento.
Camino en dirección a los ascensores, una vez adentro pulso el botón al piso 27 y mientras esperaba llegar a mi destino, me invade el miedo. «¿Si te llaman del piso 27 nada bueno debe ser?«.
La puerta se abre y siento que me voy a desmayar.
«tranquila Lucía, todo va a salir bien» trato de darme ánimos.
Golpeo la puerta.
—Adelante—paso a la oficina, mi jefe levanta la vista de los papeles, señalando unos de lo sillones.— Señorita Miller, se a solicitado su presencia, debido a un incoveniente de ultimo momento.
Estado leyendo su expediente y para ser sincero, lo que e leído de usted me ha dejado muy impresionado —hace una pausa— Necesito que sea parte del proyecto de París—Mi jefe me mira serio, esperando alguna contestación de mi parte, donde lo único que hago es, una afirmación con la cabeza— El nuevo presidente, a convocado una reunió, para tratar sobre el proyecto, y necesito que usted esté allí—me extiende una carpeta de color celeste— la reunión es a lo 4 p.m. Espero que esté lista para entonces.
Salgo de la oficina de mi jefe y me dirijo a mí escritorio en estado de shock.
Busco en el cajón de mi escritorio una barrita de chocolate, y me la llevo a la boca.
Cierro mi ojos lentamente, disfrutando de la sensación, de como el chocolate se derrite lentamente en mí boca, haciendo que mis pupilas gustativa estén en una fiesta.
Con las energías renovadas, comienzo a preparar la cosas para la reunión.
Miro el reloj de mi muñeca.
«¡joder! Solo tengo dos horas para organizarme». En momentos asi doy gracias, aver leído "por accidente" los documentos y diseños del proyecto
(...)
Camino en dirección a la sala de juntas. Donde sus paredes están formadas de cristal, y posee una mesa en el centro para unas veites personas.
Los integrantes de la junta comienzan a ubicarse en el lugar correspondiente, solo falta que llegue el jefe.
«Es decir... El jefe, del jefe, de mi jefe»
De lo único que se de él, es lo que se mormura en los pasillos en los últimos días, de la gran capacidad de hacer negocios que posee el CEO... y claro, lo joven y apuesto que es.
En ese preciso momento la puerta de la sala se abre, entrando tres personas y callando a su paso al murmullo de voces.
En ese instante que sus ojos conectaron con los mío supe de inmediato que estaba jodida.
«¡No lo puedo creer! Debe ser una broma de muy mal gusto... De las millones de personas que existe en este inmenso planeta, justo... Justo tiene que ser él».
★★★★★★★★★★★★★
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Nos leeremos pronto❤❤❤
Besos 😘😘😘😘
Eli❣❣
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Sólo Eres Mía
Random¿Qué pasa cuando eres el mejor o el más exitoso en lo que haces? Ese es el caso de Marck Brown o como lo llama la prensa, el hombre sombrío. El, es jefe y propietario más joven de la historia, quien dirige una de las empresa de construcción con ma...
