Un año había pasado desde la última vez que le dió la nota a Kathleen.
Ambos acabaron la universidad y jamás supieron el uno del otro. Simplemente sus caminos fueron en sentido contrario.
Chase llevaba a todos lados el único recuerdo de Kathleen, la chica que logró despertar ese sentimiento que por tanto tiempo resguardó para no dañar su reputación.
Tres años fue ignorado luego de aquel error que cometió. No supo si la castaña lo había perdonado pero supuso que la sonrisa en ella significó una afirmación.
No obstante, aunque él tenía toda la intención de enmendar el daño causado, nunca volvieron a verse, parecía como si el destino no lo quisiera así.
No es que no pensara en ella, lo hacía todo el tiempo, a todas horas, en todo momento, en todo lugar. El color azul, los aviones, los girasoles, las estrellas... Cualquier cosa le recordaba lo cruel que fue, lo que dejó ir y lo que aún quería con todas sus fuerzas: ella.
Sí tan solo la encontrara...
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¿Olvidar? Jamás
Short StoryChase no pudo olvidar. Kathleen dejó en él huellas imborrables, errores que hubiera querido corregir y sentimientos encontrados. Ambos están lejos y no hay mucho por hacer. Al menos no por ahora...