Mi pequeña Leen,
En una etapa de mi vida intenté olvidarte, dejar atrás todo lo que alguna vez me hiciste sentir... Fracasé. ¿Sabes por qué? Tienes el poder de dejar una semilla en el corazón que crece y jamás muere... Temo que eso pase con otra persona. No me importa si me llaman egoísta, estoy luchando por lo que más he querido en este mundo y creo que cualquiera es libre de hacerlo.
Estabas en mi mente todo el tiempo, imaginaba lo que hubiera sido de nosotros si tan solo mi mirada se hubiese centrado en ti y no en las cosas materiales que dejaron de tener importancia.
Con el tiempo me di cuenta que el ser humano no es nada sin amor, no importa a quién, siempre hay algo que valoramos, queremos y apreciamos, al grado de no querer soltarlo. En este caso, tú te convertiste en ese diamante que no deseo perder.
En un mundo donde los prejuicios rodeaban mi vida, tú llegaste a romper cada barrera. Rompiste mi burbuja y pude ver el mundo como realmente era...
Quiero que conserves esta brújula que encontré en una tienda de antigüedades. Deseo que como tú fuiste mi guía, este objeto te recuerde que jamás estarás perdida, al fondo debe haber algo que te guía de vuelta a casa.
Te quiero, Leen.
Chase.
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¿Olvidar? Jamás
Short StoryChase no pudo olvidar. Kathleen dejó en él huellas imborrables, errores que hubiera querido corregir y sentimientos encontrados. Ambos están lejos y no hay mucho por hacer. Al menos no por ahora...