Day 5: Friendship

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=Termina un poquito angst=

Les gusta hablar de cosas triviales. Les gusta compartir secretos que solo saben ellos. Ray y Emma realmente eran buenos amigos. Los mejores amigos quizás. Uno no se quería separar del otro. Era como si los dos contaran como uno. Eso siempre sorprendía a los demás, como de dependientes se habían vuelto. Ray necesitaba a Emma como soporte moral y ella necesitaba la aprobación de él para hacer sus locuras.

De vez en cuando les gustaba debatir de eso mismo: de locuras. Qué pasaría si vivieran en un mundo de cuento de hadas. ¿Qué criatura sería Ray o Emma o el resto de niños? O si pudieran volar, ¿qué harían? Cosas imposibles o improbables que nunca ocurrirían, pero se imaginaban los "y si..." y sus posibles efectos en ellos.

También hablaban de sus gustos. Sus gustos, ¿eh...?

- Nee, Ray ¿alguien te llama la atención? - soltó Emma un día

Los dos estaban en uno de los cuartos, sentados en una de las camas y simplemente conversando a solas, lo habitual.

- P-pero ¿qué dices de repente? - tartamudeó el pelinegro quien fue atrapado con la guardia baja

- ¡Solo responde! – pidió la pequeña pelinaranja

- Pues... no sé... -

- Vamos, Ray, no tengas vergüenza. – Emma insistió sin saber a dónde iría a parar la conversación

- Si te respondo te vas a poner insoportable...-

- Y si no me lo dices también, o incluso peor. – le sonrió con malicia y Ray solo suspiró rindiéndose

- Está bien, está bien. S-siendo sincero... creo que ya hay alguien que me gusta...- el pelinegro apartó un poco la cabeza de su amiga, esta lo miró incrédula y su expresión no era para nada de felicidad

- ¿Y quién es? – trató de sonar emocionada, pero no lo consiguió

- No te diré, es un secreto. –

- ¿Cómo que un "secreto", Ray? Entre nosotros no hay secretos. – la chica alzó un poco la voz

- ¿Quién me niega que si te lo digo no lo andarás diciéndolo por ahí? – se inventó una excusa "creíble"

- ¿Acaso en Grace Field no te demostré que sé guardar secretos? –

- Aquello era una situación de vida o muerte, esto no. Solo con saberlo vas a querer molestarme con eso. –

- Por supuesto que no, al contrario, yo...- interrumpió sus palabras al darse cuenta lo que iba a decir. Estaba actuando a base de celos – Yo solo... tengo miedo a que si ambos se gustan... nuestra amistad no sea como antes...-

- Tranquila, sé perfectamente que yo no le gusto a ella. Solo me ve como amigo, al igual que tú. – intentó lanzar una frase indirecta, sin embargo, no fue recibida

- ¿Qué sabes tú? – preguntó Emma algo enojada

- ¿De qué? –

- ¿Qué sabes tú de lo que siento yo? –

Ambos se miraron a los ojos. Observaban cada detalle, queriendo leer la mente del otro, pero por primera vez, no pudieron. Y Ray tomó la decisión de continuar.

- ¿Acaso hay algo que no sepa? – su voz era seria y grave, intentando permanecer firme

- Si, Ray. Hay muchas cosas que no sabes. –

- Pensé que habías dicho que entre nosotros no había secretos. –

- Pues al parecer, no soy nadie para hablar... - Emma se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta. – Pero no te preocupes, ya no me importa. Aunque tengamos secretos y nos gusten otros, seremos amigos por siempre. –

- ¿Por siempre? –

- Por siempre y para siempre. Lo nuestro nunca cambiará. – reafirmó Emma, quien dejó la habitación con la sonrisa más triste que pudiera tener.

RayEmma week 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora