Day 2: Addiction

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Una vez que lo probaron no hubo vuelta atrás. Elansia de rozar sus labios con los del otro, el calor y magia que provoca al dejarse llevar por esos sentimientos tan confusos y nuevos, la fogosidad de tenerse entre sus brazos, las dulces y lentas caricias, las sonrisas pícaras, los sonrojos evidentes, el quedarse sin aliento de tanto besarse. Ellos amaban cada momento de ello.

Ray no era de empezar con los mimos, sino Emma, mayormente cuando está aburrida y el pelinegro leyendo. Sin embargo, cuando ella lleva un rato acosándolo, revolviendo su pelo, besando su cuello, mordiendo su oreja o tocando su abdomen, el chico cierra el libro y le devuelve cada una de estas atenciones y más.

Han aprendido tantos datos del otro en sus "sesiones", datos a tener en cuenta para molestarse. El cuello de Ray es muysensitivo; Emma adora dejar un camino de besos allí, él siempre se queda a su merced cuando lo hace y no podría estar más orgullosa. Ella tiene una espalda sensible; cuando las rudas manos del joven recorren suavemente toda su longitud con la punta de sus dedos, siente un escalofrío por el cuerpo y se somete a sus cariños.

Y después de minutos e incluso horas explorando un mundo tan novedoso y emocionante, terminan hechos un lío, embriagados en la pasión del otro, en el amor que se brindan, porque no pueden evitarlo. Ese amor y confianza que tenían en la intimidaderan adictivas. Su dependencia al otro nunca sería curada, sus afectos nunca los aburriría, y para nada les disgustaba.

RayEmma week 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora