CAPITULO XXVII

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El sonido del eco que producían los caballos por las aún vacías calles de Luxember era ensordecedor, alejándose cada vez más de la mansión, de Eldric y de Marcus. Aedan sentía como su pecho se oprimía haciendo casi imposible respirar la pequeña Stella frente a él abrazada a una pequeña frazada sollozaba y suspiraba, el castaño también quería llorar aunque aún no sabía exactamente el ¿porqué?. Recorriendo un poco la cortina de la pequeña ventana mirando la oscuridad y solo distinguiendo a lo lejos las luces de los faroles de la ciudad abre la ventana pudiendo notar el frío y gélido aire que toca su piel al instante, saca su cabeza.

- ¡¡Regresemos!!

La orden toma por sorpresa a Nailen y los demás mozos y guardias de los Blacksor que acompañaban el coche, sin detenerse Nailen descubriendose un poco la boca le habla tranquilamente desde el frente del coche.

- lo siento señor pero tenemos Ordes precisas del amo.

- Nailen por favor solo será un momento.

- lo lamento mucho pero no podemos hacer eso.

- Aedan..... ¿Porque quieres regresar?

La voz suave de Stella le hacen girarse sentándose frente a ella, no sabía exactamente el porqué solo quería ver a Eldric y despedirse correctamente.

- tengo algo que.....

- yo también quiero regresar pero le prometí a Marcus que sería fuerte, y si volvemos no creo poder seguir adelante sin él.

Aedan entendía a lo que se refería la chica así que volvió a su lugar frente a ella mirando su apenas visible rostro debido a la poca luz que había añadiendo su gran capa de viaje la cual traía protegiéndola del frío, guardando silencio por mucho tiempo  escuchando el suave rechinidos y crujidos del metal de las ruedas de aquel bello y elegante coche al pasar por entre las piedras y polvo del camino, podía ver a través de su venta como las luces de la ciudad se hacían cada vez más pequeñas sabía entonces que estaba a las afueras de aquel lugar, aún podía recordar la primera vez que vio la ciudad de Luxember la cual le había parecido majestuosa e imponente. De pronto el coche se detiene pudiendo escuchá algunas voces y risas fuera de este, mira un tanto inquieto a la joven mujer quien parecía más asustada ambos se quedan inmóviles cuando la puerta del pequeño coche se abre asustado un poco a los omegas.

– ¡Buenos días!

Saluda el alfa Gilbert Glasrom con una amplia y apenas visible sonrisa por la poca luz que se hacía presenté quien sube al coche al tiempo que se quita su capa gruesa poniéndola en las piernas de la pequeña Stella.

– hace frío, no debes dejar que tú cuerpo se enfríe.

Stella lo toma del brazo y se recarga en el como si la sola presencia la tranquilizara y pudiera relajarse Ahora.

– doctor Glasrom ¿Que hace aquí?

Aedan estaba tan sorprendido que su nostalgia se había esfumando sintiendo como el coche avanzaba de nueva cuenta.

– verás.... Anoche recibí la visita de un alfa muy preocupado por el largo viaje que haría su Omega y me pidió los escoltara.

La manera de decirlo parecían divertir al hombre rubio, Aedan giro su cabeza un poco mirando de nuevo hacia la ventana la cual tenía la cortina de fina y aterciopelada tela color marrón abajo impidiendo ver hacia afuera.

– no nececito escolta puedo hacer este viaje ¿Eldric piensa que soy inútil?

Aedan parecía ofendido algo que a Gilbert le causó un poco de gracia, se acomodó mejor en el pequeño asiento tocando la frente de Stella quien siempre era habladora y escándalosa estaba sumamente callada y parecía muy cansada.

MÁS ALLÁ DEL TIEMPO             (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora