Challenge Accepted || Barney Stinson [1]

[1] Objetivo Localizado

— Niños, ¿alguna vez les he contado la historia de cómo el tío Barney se enamoró?

— Sorprendentemente... no, no creo que la hayamos escuchado — respondió su hija.

— ¿Cómo ocurrió eso?

— Bueno, en el año 2007...

Barney's POV (las frases cortas no, pero cuando vean un buen párrafo en cursiva es Ted contándole la historia a sus hijos)

— ¡¿Lily?! ¿Cuántas veces tengo que demostrarte que puedo conseguir a cualquier, y repito, cualquier chica en este bar — pregunté, alisando mi chaqueta.

— Oh, por favor. No puedes. Tiene que haber al menos una chica que tenga un poco de autoestima.

— Acepto el reto. Escoge a una chica, a cualquiera, y te garantizo que esta noche la llevaré a mi casa — Lily registró la habitación con la vista y luego sonrió.

— Ella — me di la vuelta en el asiento de mi puesto para ver a una chica. No era el tipo de chica de siempre, su cabello castaño se retorcía en un moño desordenado y un par de gafas negras de montura gruesa que se hundían sobre su nariz. Había un libro abierto en la barra frente a ella mientras cuidaba su bebida.

— Objetivo localizado — me levanté y me dirigí a la barra del bar — Hola

— Márchate — respondió ella de inmediato, sin levantar la vista de su libro.

— Solo quería decirte que... te vi desde el otro lado de la habitación, y me di cuenta... — cerró el libro de golpe.

— Escucha, tengo mejores cosas que hacer que escuchar a un imbécil con traje tirándome los tejos en un bar. Un consejo, si quieres ligar con una chica, no te recomiendo llamarla tan fuerte 'objetivo' en una habitación tan pequeña — me quedé allí, sin habla, ella se levantó y se fue al baño. Me di la vuelta, caminando lentamente hacia mi asiento y sentándome.

— Te lo dije — dijo Lily.

— Ninguna chica me había hablado así antes... ¡pero el desafío aún no ha terminado!

— Barney, ella ya dijo que no, deja a esa pobre chica en paz.

— Tengo que completar el reto. ¡Hay que ponernos traje!

— Tú ya tienes un traje puesto — dijo Marshall señalándome.

— ¿Y? Siempre hay una razón para ponerse traje — la pareja se miró, rodando los ojos.