III- Discusiones

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- ¿Has ido a casa con Luís? - me preguntó Miguel con tono de enfado.
- Si. He ido a mi casa con mi ex ya que fue el único que se atrevió a acompañarme cuando tú no sabías ni como te llamabas. ¿Te molesta también? - le dije yo mostrando también enfado.
- Muy bien, Aitana. Perfecto - me dijo.
- Mira Miguel, estoy harta. Harta de que pases de mí cada vez que salimos y te emborrachas. Aún encima de ser un egocéntrico y de pasar de mí cuando no lo merezco, me echas en cara ahora que otra persona lo haya hecho ¿Lo ves normal? - le pregunté.
- No es otra persona, es tu ex. Tu ex Aitana - me dijo.
- Ah muy bien. Vale entonces prefieres que me hagan algo en la vuelta a casa a que me acompañe un ex. Muy bien ya veo lo que te importo Miguel - le dije colgando el teléfono

Según colgué, me eché a llorar desconsoladamente. No podía más. La situación me superaba.
Miguel, el chico con el que estaba de lío, pretendía que me fuera sola a casa antes de que me acompañara una persona que fuera en su momento muy importante para mí.
Él bebía hasta perder el conocimiento y pasaba de mí.
Me superaba y mucho.
Lloré hasta que me cansé, desahogué y recordé la conversación con Luís la noche anterior. Eso me levantó el ánimo.
Ibamos a hablar las cosas y eso me tranquilizaba. Yo no quería no hablarme con esa persona que fuera tan importante para mí.
Después de llorar me limpié las lágrimas. Aproveché para llamar a Paula y liberarme un poco con ella.
- Hola Paula - dije con un hilo de voz.
- ¿Aitana? Iba a llamarte ahora a ver como estabas... ¿Qué tal? ¿Has llorado? - me preguntó preocupada.
- No... bueno si. Necesitaba descargar. Tenía mucha tensión acumulada. - expliqué.
- ¿Es por Luís? ¿Qué pasó ayer? - preguntó.
- Bueno... ayer nos volvimos a liar en la vuelta a casa y luego quedamos para hablar las cosas... no queremos llevarnos mal- le dije.
- Uala... no sabía... qué fuerte - me contestó.
- Si... yo ya sé que lo nuestro no está terminado. Sigo sintiendo muchas cosas por él y Miguel lo veo como un mero pasatiempo. - expliqué.
- Joba... Aitana, pues yo creo que deberías pasar página de Luís. De ese modo no lo superarás en la vida... - dijo tratando de convencerme.
- Ya Paula... es muy fácil decirlo desde esa perspectiva, pero desde la mía no. Fueron sentimientos muy intensos por ambas partes y él tampoco ha superado nada. No me ayuda- dije.
- Ya pero si te quisiera de verdad, hubiera vuelto contigo - me dijo.
- Ya... estoy hecha un lío. De verdad. Quiero a Luís pero sé que quedaremos para hablar las cosas y la liaremos de nuevo sin arreglar nada. Y Miguel... pues sinceramente no siento nada. Todas las noches que salimos pasa de mí. Solo piensa en beber y emborracharse. - expliqué .
- Bueno Aitana creo que tienes que descansar y pensar mucho las cosas... mucho. Ya sabes que me tienes para lo que necesites. Creo que lo mejor es que pienses todo bien y hables con Luís a ver si llegáis a una conclusión acertada. - me dijo Paula.
- Si... a ver si quedamos pronto. - le dije.
- Descansa Aitana. Hazme caso y piensa en ti. Estás tú y tu felicidad antes que nadie - me propuso.
- Gracias Paula, de verdad. - dije colgando.

Haber hablado con Paula me había dejado
mucho más aliviada.
Preparé unos macarrones con tomate frito para comer. No tenía ganas ningunas de cocinar nada y tampoco tenía hambre.
Después de comer me acosté en el sofá haber si descansaba algo. Tenía mucha resaca, con dolor de cabeza incluído y para colmo me había bajado la regla.
Las tenía todas hoy.
Me tomé un ibuprofeno y traté de descansar algo.
Al poco rato sonó mi móvil, era Luís.
No dudé en contestar:
- ¡Hola! - dije
- Hola Aitana - contestó. ,- ¿cuando te viene ver  quedar para hablar lo que comentamos ayer? - continuó preguntando.
- Pues cuando mejor te venga a ti... hoy voy a estar todo el día en casa ya que estoy algo mala - le dije.
- ¿Y eso? - respondió preocupado.
- Nada... resaca y la regla. Se me ha juntado todo. - respondí.
- Vaya... pues igual prefieres otro día- me dijo.
- No, no te prepcupes. Hoy me viene bien. Si descanso un poco ya estaré mucho mejor - le dije.
- De verdad Aitana como prefieras. Yo no quiero presionarte - contestó.
- Luís en serio puedes venir hoy, si quieres. Cenamos juntos en casa y listo. - le propuse.
- Vale, tú ganas, pero si quieres cambiar y acuerdas otra cosa no dudes en avisarme. - le dije.
- Sin fallo. Pásate sobre las diez y pedimos unas pizzas - le dije.
- Perfecto. Gracias Aitana - me dijo colgando el móvil.

Esta llamada me había tranquilizado mucho. Volver a tomar contacto con Luís después de haber dejado nuestra relación en Septiembre sin hablarnos, me aliviaba.
Yo le quería mucho. Le amaba más bien, y aunque no fuera posible retomar la relación amorosa lo único que pedía era no perder la amistad y el contacto con él.
El hecho de poder cenar en casa como un amigo ya me conformaba, por eso decidí no ponerme gilipollas a la noche cuando él viniera.

Había muchas heridas abiertas que íbamos a tocar, y como consecuencia, sangrarían.
Por eso traté de tranquilizarme y concienciarme de que el buenrrollismo tenía que ir por bandera esta noche.
Haber dado el paso a hablar la noche anterior y quedar hoy, era un gran avance que no podiamos desaprovechar.
Tomé una valeriana y me recosté en el sofá. Iba a tratar de dormir la siesta para estar despejads por la noche.
Me tapé los pies con una manta y puse una película en la tele.
Otra llamada.
Miguel.
No quería cogerle.
No me apetecía cogerle.
No quería volver a entrar en bucle y ponerme nerviosa discutiendo de nuevo.
Pasé de cogerle.
Insistió una segunda vez.
Pasé del móvil de nuevo.
Cuando se tranquilizó el ambiente, me dormí profundamente.
Lo necesitaba.

Miguel y Aitana discuten por el teléfono y Paula llama a Aitana para ver como lleva la resaca. Luís la llama también para quedar y hablar de lo suyo por lo que deciden cenar juntos esa noche en casa de Aitana. ¿Arreglarán algo? ⚡️

Fuimos vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora