LENA
*Suena el despertador*
-¡Maldita sea! - balbuceé contra mi almohada, apenas había logrado descansar bien durante la noche y tenía que levantarme y ducharme sin demora si no quería llegar tarde al trabajo. Deslicé suavemente la mano por entre las sábanas con cuidado y apagué el reloj, me preocupaba haberla despertado pero cuando me giré pude comprobar que seguía durmiendo como un tronco. Adoraba verla dormir, su precioso rostro y su media sonrisa era mi mejor despertar.
Levanté con mucho cuidado su brazo que aún permanecía en mi cintura y con un leve desliz salí de la cama, volví a taparla en condiciones y me quedé durante unos segundos sin poder dejar de mirarla, llevábamos varios años casadas y yo me seguía sintiendo como las primeras semanas. Volteé los ojos al estúpido reloj, el tiempo se me echaba encima así que me apresuré en entrar a la ducha.Terminé de quitarme la única prenda que llevaba, cerré los ojos mientras dejaba que el agua caliente recorriera mi cuerpo, me costaba mucho aislar la cabeza del trabajo, los únicos momentos de mi vida en los que lograba evadirme de mi familia o de la presión que suponía dirigir L-Corp eran escasos, básicamente se reducían a aquellos en los que estaba con Carol y si estaba sola sólo bajo un chorro de agua caliente lo conseguía.
Durante muchos años gasté tiempo y dinero intentando encontrar una cura contra el cáncer de manera fallida, para mi madre suponía una pérdida estúpida de dinero y de mi tiempo, ella y mi hermano Lex nunca me vieron capacitada para tal logro, pero yo no pensaba darme por vencida, era cierto que muchas veces pensé en abandonar, habían días que las pruebas no sólo eran fallidas sino que también empeoraban los síntomas en los ejemplares de estudio, si no conseguía hacer avances con simples ratas era imposible pensar en dar el paso con humanos.La frustración pronto empezó a hacerse evidente, el agua ya no me relajaba, abrí los ojos y me dispuse a enjabonarme el pelo, poco después unas manos recorrieron mi cintura suavemente, su cuerpo rozando mi espalda mientras podía sentír como el agua caía entre la dos. La sonrisa volvió a mi cara.
-¿Qué haces despierta? - me giré muy despacio sin apartar sus manos y hasta quedar frente a ella. Si estaba preciosa dormida, era aún más bella mientras el agua caía por su rostro.
-Abrí un ojo y no estabas, escuché la ducha y... Aquí estoy, pero si te molesto puedo volverme a la cama- expresó en un tono burlón.
-No seas idiota, ven aquí- la atraje contra mí hasta que el agua era incapaz de separar nuestros cuerpos, me quedé mirando sus ojos no sé durante cuánto tiempo, era la única persona en el mundo que lograba darme calma, mi mayor motivación para despertar cada día y no rendirme ante nada ni nadie.
-¿Lena, estás bien? - su voz preocupada me sacó del trance.
-Sí, ¿por?.
-No es que no me guste que me mires fijamente pero pareces preocupada por algo. ¿Las cosas no van bien en L-Corp?¿O es por tus investigaciones?.
Nunca mentía a Carol, ella sabía todo lo que hacía, ocultarle cosas nunca era una opción por muy absurdo que fuera algo.
-Siento que no avanzo, quizá todos tengan razón y deba centrarme en otra cosa, no he logrado ni un pequeño avance en meses, estoy negada en este asunto - agaché la mirada sintiéndome un poco derrotada.
-Lena, mírame. Eres la mujer más fuerte, inteligente y capaz que conozco, que te esté costando no quiere decir que no puedas lograrlo, yo creo en ti.
Después de escuchar sus palabras no respondí, coloqué mi mano en su cuello y con sutileza me acerqué y la besé, seguidamente ella me agarró aún más fuerte contra su cuerpo así que sólo pude intensificar el beso, mis manos empezaron a recorrer su cuerpo y justo cuando estaba lista para deslizarme bajo su cintura, me detuvo . La miré extrañada, ella jamás me frenaba y pensé que lo deseaba tanto como yo.
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Una Segunda Oportunidad Para Amar
FanfictionLena es una joven, rica y famosa empresaria casada con Carol, hija de unos de los hombres más ricos de Nueva York. La vida de Lena ha estado a prueba constantemente desde que era una niña, un duro golpe hará que todo su mundo quiebre como nunca ante...