Narra Kazuma.
Estábamos en el territorio de Ebisu-sama. Por lo que nos había dicho Tenji-sama, Tn se encontraba en este lugar.
-Vamos- Dijo Veena dirigiéndose a la entrada de la casa.
Llamamos a la puerta y nos atendió Iwami, el guía de Ebisu-sama.
-Bishamon-sama, en que la puedo ayudar.
-Vengo a hablar con Ebisu.
-Por supuesto, adelante. Vamos, siganme, él está en su despacho.- Dijo comenzando a caminar hacia el despacho de Ebisu-san.
Cuando llegamos, Iwami-san llamó a la puerta e informó de nuestra presencia en el lugar. Ebisu nos dejó entrar y, nada más entrar, un brillo me cegó. Busque con la mirada, con la esperanza de que fuera Tn... Pero no fue asi, era un objeto extraño con mucho brillo.
-Bishamon, a que debo el honor de su visita.
-He venido por mi tesoro sagrado. Me han dicho que lo tienes en tu poder.
-¿Y como es tu tesoro sagrado?
-Una katana.
-Asi que es tuya. Un dios no debería dejar sus tesoros por ahí.
-Devuelvemo Ebisu.
-Iwami- Dijo Ebisu mirando seriamente a Veena.
-¿Si mi señor?
-Traela. -Iwami asintió y salió de la habitación.
Después de un rato, Iwami entró en la habitación, con una katana en sus manos.
Veena extendió sus manos y le fue entregada.-Muchas gracias por cuidar de MI tesoro, Ebisu. -Dijo mirando fijamente al nombrado. -Tn.
Narra Tn.
Abrí mis ojos con algo de dificultad, encontrándome en una habitación que no conocía. A mi izquierda estaban dos hombre que no conocía y a mi derecha estaban... Kasuma-san y Bishamon-sama.
-Tn- Dijo Kazuma mientras se acercaba a mi y me ayudaba a levantarme. -Que bueno que estás bien. -Dijo mientras me abrazaba.
Me sonrojé levemente ante aquel acto y correspondí al abrazo.
-Bienvenida de nuevo Tn. -Dijo Bishamon-sama con una sonrisa.
Todos se despidieron y los tres salimos de allí, dirigiéndonos a casa.