TENTACIONES (+18)

CAPÍTULO 3

*Narra Eric*

Estába hablando en el bar con Nadia, cuando la conversación se puso más caliente no me pude controlar y la besé con desesperación poniéndonos a los dos más calientes de lo que estábamos.

Quería más, quería hacerla mía allí mismo sin importar que alguien nos viese. Por eso comencé a tocarle los muslos hasta llegar a su intimidad, pero justo cuando la iba a quitar las bragas Nadia se sobresalta y me mira... no sé como explicarlo era una cara de satisfacción pero a la vez de ¿asco?

Vi que se fué corriendo al baño dejándome con las ganas. Y eso, no iba a pasar, ya que después de tanto tiempo esperándola a que venga a mí, por fin aprovecharé a hacerla mía.

Me terminé el chupito y sin esperar más me fui tras ella.
La ví entrar y esperé un poco, me fuí al baño de los chicos para ver que seguía igual de guapo y joder que no.
"Siempre divo nunca indivo" me dije y me guiñe a mi mismo. Salí del baño de los chicos y me detuve un momento para ver que no me veía nadie. Entré al baño de las chicas y cerré con seguro para que nadie entrara.

Suspiré y la ví, la miré como si quisiera follármela ahí mismo y ella lo sabía, lo notó por mi mirada penetrante. Noté algo su mirada que me decía o mejor dicho me suplicaba que la follase ahí mismo, y sin dudarlo me acerqué a ella y la cogí  de las piernas subiendola en el lavamanos.

Comencé a besarla desesperadamente, sintiendo nuestras dos lenguas humedecer se cada vez más. Nos separamos por falta de oxígeno, y cuando ví que me iba a besar otra vez la paré y la comencé a quitarla la camiseta, cuando siento sus manos en las mías y la miro.
–Yo....– dice Nadia jadeando.
–¿Qué pasa? ¿Acaso... no quieres?– la pregunto.
–No, osea sí, sí quiero, pero no sé si debamos. Nos acabamos de conocer y...– dice Nadia, sin dejarla terminar hablo.
–Nadia– la miro y la beso con deseo, el beso era sencillo, no muy apasionado, más bien era un beso de enamorados. Al parecer Nadia se dió cuenta.
–Vale... – Acepta y se acerca a mí uniendo otra vez nuestras bocas.

Voy bajando los besos por su cuello oyendo como gime y jadea de placer. Ella me coge la camiseta y me va desabrochando los botones con cierta dificultad. Al parecer le ha afectado un poco, que decir, mucho el alcohol. Pero eso no me importa ya que siento como pasa sus manos frías y suaves por mi torso hasta llegar al cinturón de mis pantalones.

Veo que yo solo tengo la parte de arriba descubierta y ella a medias. Así que tomo la iniciativa y la arranco la camiseta (creo que la rompí un poco, espero que no me mate después) quedándose ella solo con el sujetador, que no tardo mucho tiempo en desaparecer de su hermoso cuerpo.
Comencé a masajear su pecho con mis manos, no eran ni grandes ni pequeños, eran perfectos.
Mientras la masajeaba el pecho con una mano, aproveché y con la otra fui desabrochando su falda hasta tirarla al suelo.
Con mi dedo empecé a masajearla el clítoris por encima de sus bragas.
–Ahh....mgh... más rápido... no pares ahh...– me decía Nadia.

No pude soportar más me dolía el roce del pantalón con mi pene erectо, y la quité las bragas acercándome a su intimidad metiendo la lengua explorando toda su cavidad. Ella se retorcía de placer mientras que yo, no aguanté más y me quite los pantalones y calzoncillos y me empezé a masturbar.

Ella me vio que me estaba masturbando así que aparto mi cabeza de su intimidad y se bajó del lavamanos quedando ante mí de rodillas. No pensé que fuera capaz de hacerlo, ya que no la veía tan atrevida después de tantos años sin verla. Pero lo hizo. Cogió mi miembro con sus dos manos y empezo a masturbarme haciendo un vaivén, dioss era la gloria, entonces sentí sus labios posarse en mi glande y chuparla como si se tratara de un chupa chups. Mientras me chupaba la punta de mi miembro, paró de masturbarme y empezó a meterselo entero en la boca, haciendome un mamada increible.
Sentía su lengua recorrer toda mi longitud, mientras cogió mis testículos y los empezó a masajear. Estaba a punto de correrme, y lo hice. Toda su hermosa y preciosa cara estaba llena de mis fluidos.