4: Pulsación

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El interés suele ser un arma de doble filo, cortaba y si no se es cuidadoso. Cada instante, su propia situación pendía de un frágil hilo, no solamente por estaba varada sino también por las posibles reacciones de un completo extraño, que había desaparecido en menos de uno de sus parpadeos.

Primeramente ella priorizara en no perder más la calma, mostrando señales de pánico en un territorio tan nuevo como ese y ofendiendo a la par a quién le tendió una mano. Tampoco era adivina para saber con qué educación fue criado el otro, o en qué cosas aceptaba o no. Por lo que imponer su modo de ser porque sí, se arriesgaba a que sufriese la vergüenza del siglo. Lo mejor era no desentrañar los secretos que tuviera él.  

Repentinamente una sensación de frío proveniente de allí, fue traspasando su ropa hasta su piel, luego se adentro a los vasos sanguíneos y a sus huesos; ¿cómo éste resistía un ambiente tan poco cálido, a cada día? Ni siquiera un aroma a comida recién hecha inundaba en el aire, se reducía a una variada gama de olores de artículos de limpieza utilizados no hace mucho y después no existía más.

La chica no cree que con solo refregar en cada parte del cuerpo, esa falta desaparecería o la recuperara si trabajaba otra vez todos sus músculos. 

Sin nadie.., pensó ella; con un instantáneo pesar. ¿Él tiene a alguien que le esperara a la vuelta?

Enseguida ella borró aquellas reflexiones de su mente. Detestó tener el mal defecto de preocuparse por pequeñeces, continuamente era mal criticada por ello y con justa razones.

Tener mucha indiferente para con los demonios que moraban dentro de cada individuo, le transformaba en una presa y a su vez en una completa tonta. Tal vez era lo único que conservaba ahora de su pueblo pequeño, uno que seria ridiculizado de ser nombrado en la zona mas poderosa de la bella Seúl o admirado por ser un punto de guía en la pesca de aquel país.

Entonces ella tendría que olvidarse de lo que escuchó, antes de que el mundo se le caiga encima y no sea capaz de soportar mas peso en sus hombros.

Otra vez, a la distancia surgirá aquello que será el despertar de unos renovados nervios desde los pies y zumbando directo a su cerebro. Cada pulsación suya se comparó a las vueltas de una montaña rusa; en el fondo, deseaba ignorar y también ser valiente para encarar tal insistente molestia. ¿Qué tal si era el inicio a una probable fatalidad?

Si Dios existe.., le implora a un ente que era superior a toda la humanidad. Haz acto de presencia.. No quiero. No quiero. ¡Qué me haga olvidar de ese doloroso sonido!

Justo le erró en hacer bien el nudo a la zapatilla, sus finos dedos se encuentran resbaladizos de su propio sudor y necesitaba ventilar varias veces para tranquilizar todas sus vísceras. Se tomó un segundo de valor.

Hasta que finalmente decide que hacer, cambiando de estrategia: Se descornara cada una de las agujetas, pelando unas medias  blancas con bordados patitas de perro y elevarse por encima de aquella valla construida en base a palabras por él. 

La chica ejecuta dos pasos en puntas de pie; no siguiendo aquel corredor que tiene al frente y pegado a unas escaleras que suben a un segundo piso, giró a la mitad por su izquierda y se conducirá por un pasillo doblemente corto siendo escoltada por un sepulcral silencio.

Durante ese lapso, bajara por entero su guardia y rápidamente unos dedos no desconocidos se cernieron duramente entorno a uno de sus antebrazos.

—¿Se le perdió alguna cosa?—le dijo irradiando advertencia por los poros, mientras ésta cómo un conejo inmovilizado por la presión en sus largas orejas, se quedara débil ante una mala decisión y la sorpresa de su venida. 

Estoy muerta...

Ella tratara de que su mirada no se desorbitase en su presencia, delatando su posible error y miedo. Su cazador se mantendrá sereno de gestos, labrando esa dudosa sonrisa con la que enfrentó la primera vez en calle y sus pozos oscuros en los pequeños avellanas de ésta; los de él, parecidos a la eterna oscuridad de un basto universo y sin señal de brillo de estrella.  

—Con lo bien que lo venia haciendo—le recriminó, midiendo cada una de sus palabras y terminando en una larga interrogante—, ¿y ahora..?

—¿Ahora..?—repitió con visible torpeza ella, le tiembla su comisura inferior y que empeoraba porque la cara ajena se iba aproximando a sí. La frialdad que había sentido en la entrada, se fue desvaneciendo en la medida que éste hiciera presión vientre contra vientre y provocando que sienta el tamaño de aquello que ocultaba, entre unas musculosas piernas envueltas en jeans de un azul doblemente oscuro.

—¿No es capaz de decirlo?—pidió él.  Clavando mas contra la espalda y la pared, según lo que obtenga es lo que le hará a ella ; y ciertamente, era la manera de saber si cayó en su trampa o si averiguo aquello que tenía guardado en su sótano.   

Dedicaciones para: Ivanna A

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Dedicaciones para: Ivanna A. y Twonmin 

Antes que nada le quiero dar créditos a Ivanna A. por su bella portada. ¡La amé! <3 Bueno. El capitulo se pone cada vez más intenso, cabe decir que nuestra protagonista se fue de verga y fue capturada in fraganti por Oh Sangwoo. ¿Qué le hará? 

Pues... No sé. Es más, no estoy segura si me gustó tanto este capitulo a decir verdad. Si voy a tirar capitulo a capitulo datos claves de la chica, porque de momento no le he encontrado un rostro para identificarla y sigo trabajando también en su personalidad. 

Por otro lado, en el siguiente capitulo revelaré algo muy importante de Sangwoo y quizás trabaje más en presentar su personalidad desequilibrada. ¡Ah! Y a mis lectores de las sombras, podría votar o dejar en todo caso un comentario de lo que les parece hasta ahora la obra, ¿no? ¡Se los agradecería en verdad un montón! 

No solo porque me ayuda a mi a seguir con el hype, sino que me da seguridad para continuar con la obra y tal. n_n/

En fin, ¡les mando un abrazo grande! <3







Dementia || Oh Sangwoo Where stories live. Discover now