⸙ Capítulo 3: Sin poder dormir

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El señor Satoshi junto a Ame habían salido desde muy temprano. Estaba por terminar de ver la película cuando entonces el señor Satoshi llamó a la puerta para llevarse a Ame.

Rato después, mi madre llegó por mi bastante apresurada diciendo que la limusina nos esperaba abajo para llevarnos a nuestra nueva casa. Con mucha prisa me vestí torpemente con un vestido para no gastar mucho tiempo.

Durante el viaje hasta nuestra nueva casa, mamá se quedó callada, no me prestaba mucha atención y estaba distraída, se quedaba mirando por la ventana con mucha atención, y no la culpo, se veía nerviosa y yo también lo estaba. Seguí su ejemplo y voltee a la ventana mirando el camino.

Y después, por fin llegamos a casa de el señor Satoshi, nuestra casa.

El portón parecía muy grande, la limusina entró y luego de pasar por un grande y hermoso jardín, llegamos a la entrada de esa hermosa mansión, dos escaleras a cada lado de la entrada y junto a ellas, dos señores muy altos vestidos de traje.

Salimos de la limusina y nos acercamos a las escaleras, cargando mi mochila entusiasmada, me decidía a subir cuando uno de los señores me pidió mi mochila y la cargó por mi, el otro ayudó a subir a mi madre a pesar de no necesitar ayuda, y luego otros dos hombres se posicionaron en su lugar.

Los hombres abrieron las puertas por nosotros y entramos. ¡Era gigante! Una casa hermosa, bien iluminada y muy grande, tenía 5 pisos y se veía más que linda.

Dos señoritas estaban frente a nosotras, Yume y Shitsuke, las señoritas de servicio.

Ellas se encargaron de mostrarnos absolutamente toda la casa, donde se encontraba cada cosa y nos dijeron que hacer si les necesitabamos.

Yume se encargó de llevar a mi madre a la habitación de el señor Satoshi la cual ahora era suya también, mientras que Shitsuke amablemente me llevó hasta mi nueva habitación.

Era grande y espaciosa. La mayoría de mis cosas estaban acomodadas y muy bien organizadas, trabajo de Shitsuke. Ella me mostró donde estaban mis cosas, y mi ropa, pero, había un problema, debido a la rapidez en que mi madre y el señor Satoshi decidieron que nos mudaramos, y que a penas hace 2 días habían comenzado las mudanzas, a la pobre señorita Shitsuke había tenido una demora en el tiempo y no había alcanzado a darle un lugar a toda mi ropa, por lo que sus pijamas y ropa común seguían empaquetadas.

- Ya se solucionará. - le repetía a Shitsuke una y otra vez ya que no dejaba de disculparse y susurrar murmuros de arrepentimiento.

Salió de mi habitación y me quedé dentro para explorarla, frente a la puerta, mi cama, de el lado izquiedo se encontraba un escritorio, una estantería, y varios muebles, sobre ellos se encontraba una televisión y mi consola de videojuegos. además de en la esquina un gran ventanal que daba a un balcón con vista a el jardín trasero donde se encontraba una grán piscina. De el lado derecho, una silla un poco extravagante y la entrada a mi closed, el cual seguido estaba un baño con tina y regadera.

Pasé el resto de la mañana explorando toda la casa, comí un poco junto a mi madre y luego regresé a mi cuarto para mirar donde estaban mis cosas. Habían añadido más libros de los que tenía yo a mi librero, y parecía que conocían bien mis gustos ya que habían comprado los que deseaba obtener. En el otro librero estaban mis mangas, pero como en el anterior librero, tampoco solo los que ya tenía antes si no que estaban los tomos que me faltaban para completar las series de cada manga que tenía. En el mueble de mi consola se encontraban todos los juegos que hasta el momento habían para ella. Parecía bastante bueno esto, era más de lo que podía pedir, tenía mucho que agradecer a el señor Satoshi.

Llegó la noche y aprovecharía para dormir de una vez por todas. Después de todo, mañana sería domingo y el lunes comenzaría la nueva escuela, un nuevo comienzo que debo admitir me aterraba un poco, pero sé que estaría bien.

A falta de mi pijama, tomé una bata y me la puse sobre la lencería, entonces me tiré a la cama y me puse a dormir.

Estaba en mi profundo sueño, estaba cansada, salían suspiros de mi. Sé que no salían ronquidos, solo dormía plácidamente.

Alguién tocó la puerta de mi habitacion, mhh si, que importa. Alguien volvió a tocarla más fuerte, quiero dormir. Alguien abrió muy poco la puerta, uh, ¿quién será?

- ...Hiroko... Hiroko... Hey Hiroko. - escuchaba muy lejanos ciertos susurros.

- ...Mhh... ¿Si? - somnolienta me senté sobre la cama, frotando mis ojos que se sentían secos.

- Eh, hiroko, ¿estabas dormida? lo siento mucho por despertarte... ¿Puedo entrar? - entre abrí los ojos para mirar, ya sabía de quien se trataba, había logrado reconocer la voz entre susurros de Ame.

- Mhh si. - Dije, al parecer no había volteado a mirarme hasta que le di permiso de pasar. Estaba totalmente adormilada y embobada que ni siquiera me detuve a pensar en el aspecto que tenía. Me puse a gatear sobre la cama y me acerqué a la mesita de noche para encender la lampara que se encontraba sobre ella. Una vez lo hice, volví a gatear en dirección a donde estaba Ame y me senté.

- mhhh ¿Qué pasa? - pregunté para voltear a mirar el reloj digital, 3:35 am. - es muy tarde para que estés despierto. - le dije con una sonrisa.

- Lo siento por despertarte Hiroko... - Dijo apenado. A penas me había mirado volteó sonrojado a otro lado, fué entonces que caí en la cuenta que estaba solo en lencería, ya no intenté cubrirme, qué más da si ya me había visto.

Ame:

Cuando encendió la luz, pude mirarla un poco, estaba en lencería y ni le importó cubrirse, acababa de despertarla, tal vez solo estaba muy adormilada.

Voltee sonrojado a mirar a otro lado en cuanto pude mirarla, tenía un cuerpo genial, y esa lencería de encaje morado le quedaba muy linda... ¡Pero no debía pensar en eso! ¿Acaso estos eran los pensamientos sucios que mi padre decía ser normales?

- Lo siento... Solo... No podía dormir... - le contesté.

- Mhh, ven aquí - contestó con la misma voz adormilada aunque al parecer ya se había despertado por completo. Dió palmadas con su mano en la cama a su lado, señas que me indicaban sentarme a su lado.

Le hice caso y me senté a su lado.

- ¿por qué no puedes dormir? - me preguntó mirandome fijamente.

- Hiroko... - suspiré - Tengo que... Contarte algo.

Hiroko:

¿Qué será aquello por lo que mi hermanito se había levantando a las tres de la mañana? Debía ser algo importante como para tener que venir en estas situaciones, así debía ser.

- Y... ¿Qué querías decirme, Ame? - le pregunté con una sonrisa, dió un largo suspiro y me miró fijamente.

- Hiroko, tu me gustas. - confesó.










¡Eso es todo por hoy! 💕

˗ˋˏ Onee-san +18 ˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora