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Luka no estaba bien.

No lo había estado durante los últimos tres meses.

Y sus problemas tenían nombre y apellido: Chloe Bourgeois.

No la soportaba y maldecía el día que la conoció, si pudiera, cambiaría el pasado para evitar el encuentro que cambiaría su vida para siempre, pero solo la de él, ya que a su parecer, para la rubia él ni existía.

Todo comenzó cuando el bus que Juleka solía tomar cada mañana para ir a la escuela cambio de ruta debido a que una de las calles por las que pasaba estaba en obras. Él debió haber hecho caso a su hermana y dejarla tomar otro bus aunque la dejara algo lejos de la escuela, pero como buen hermano mayor, él se ofreció a llevarla y traerla en su moto, insistiendo hasta que ella no tuvo más remedio que aceptar.

La verdad es que no solo quería ayudar a su hermana, también sabía que si la llevaba tendría más oportunidades de ver a su querida Marinette, esa azabache que era como una brisa fresca para él, con su positiva actitud y su pura inocencia, estar con ella o cerca de ella llenaba a Luka de paz y si, quizás estaba un poco enamorado de ella, o al menos eso creía en ese entonces.

El cuarto día en el que llevaba a Juleka parecía de lo más normal, en la mañana todo había ido en orden, incluso vio a Marinette que lo saludo con dulzura, provocando mariposas en el estómago del mayor. No pudo entablar una conversación con ella porque la azabache temía llegar tarde a clase, pero quedaron en que hablarian un rato en la tarde cuando él fuera a recoger a su hermana.

Y así hizo, poco antes de que las clases finalizarán, Luka estacionó su moto delante de la escuela, espero por su hermana y la azabache, que se estaban tomando más tiempo de lo normal, veía salir a otros alumnos pero ni rastro de ellas, extrañado, decidió acercarse un poco a la puerta de la escuela a ver si las veía, reconoció a un rubio que se acercó a saludarlo.

- Hombre Luka ¿Que haces aqui compañero? - Dijo Adrien antes de darle la mano para sacudirla, el mayor le sonrió.

- Estoy esperando a Juleka para llevarla a casa. ¿La has- El joven empezó a hablar pero se vio interrumpido por una voz femenina y ruidosa

- Ooooh~ Adrikins~ - Se escucho por la derecha, haciendo a los dos chicos girar en esa dirección.

Sus reacciones fueron casi opuestas, el rubio tomó aire algo fastidiado, sabiendo lo que venía a continuación, palabras y falta de espacio personal por parte de la que una vez fue su única amiga.

En cambio, Luka no tomó aire, a él le faltaba el aire al ver a semejante belleza que se les acercaba.

Una rubia que parecía sacada de una revista, una figura delgada pero estilizada, maquillaje que resaltaba sus bonitas facciones, sus pestañas, sus labios cubiertos con un lipgloss que los hacían brillar, haciendo que los ojos de Luka los mirara sin querer, su piel bronceada y ese pelo que se movía ligeramente por el viento.

Era como si la rubia caminara a cámara lenta. Paris estaba lleno de chicas bonitas, pero era la primera vez que veía a una tan... tan.... Irreal, parecía realeza, como si ese tipo de chicas solo existieran en la televisión.

- Hola - Dijo Adrien, no demasiado entusiasmado, cosa que ella no noto o simplemente no le importo.

De cerca era incluso más bonita, el mayor se había quedado sin palabras.

La rubia al principio ni noto su presencia, demasiado ocupada en tener la atención de su amado Adrien.

- Oye Adrienbu ¿Y si cenamos juntos hoy? Hmmm, viene un chef muy famoso al hotel hoy y va a cocinar para mi y para papi ¿Por que no te vienes? - Dijo la rubia coqueta, entrelazando un brazo con el de Adrien y pegándose a él.

- Eh... No lo se, no creo que mi padre me deje -

- Oh vamos~ Si me dejas hablar con él seguro que lo logro convencer - 

- No no, ya sabes como es... Lo intentaré pero no te prometo nada -

Y antes de que la rubia pudiera decir una palabra más, se vieron interrumpidos por la suma de dos personas más a la conversación, ya que Juleka y Marinette acababan de llegar. Al parecer eso alivio al rubio y molesto a la rubia, ya que en cuanto llegaron Adrien se alejó de ella, fue entonces cuando ella por fin miro en la dirección de Luka, notando su presencia.

La mirada que le dio no fue para nada la que Luka se esperaba, ya que los ojos de la rubia mostraban desagrado.

¿Como no? Luka era un desaliñado para los ojos de Chloe, acostumbrada a la belleza limpia de Adrien, ella vio una mata de pelo desordenado y teñido, con perforaciones en las orejas, anillos, ropa mal combinada y... ¿llevaba las uñas pintadas? Ridiculo, totalmente ridiculo.

- Veo que ya conoces a mi hermano - Escuchó a Juleka hablar con Adrien y la rubia se giró a entrometerse en la conversación.

- ¿Este es tu hermano? - dijo Chloe, señalando a Luka con un dedo, con un tonito de voz que molestó a Juleka.

- Si. - Contesto ella secamente.

Chloe alzó una ceja y miró a Marinette, que la miraba con cara de pocos amigos, como solía hacer, luego volvió mirar a Luka, dandole un buen repaso, sus ojos lo miraron de arriba abajo y chasqueo la lengua con desaprobó.

- Se nota - dijo simplemente antes de marcharse, no sin tocar su pelo, dándole sin querer queriendo a Luka en la cara con el final de su cola.

Todos la miraban mientras caminaba a la lujosa limusina que la recogía todas las tardes, en cuanto se fue, todos sintieron como toda la tensión en el ambiente se esfumaba con ella.
Aunque la tensión que sentía Luka no era como la que sentían los otros tres.

El mayor pudo oler su cabello cuando ella básicamente lo abofeteó con él. Miel, así olía su shampoo, o al menos eso fue lo que él captó en ese pequeño momento.

- ¿Quien es ella? - pregunto Luka finalmente, que no había hablado desde hace un rato.

- ¿Ese ser insoportable? Chloe Bourgeois - le respondio su hermana.

- Oh vamos, no es insoportable - la defendio Adrien.

- Solo contigo, con los demás si - añadió Marinette.

Luka había dejado de escuchar... esa no podía ser Chloe, no podia ser ella.

Hellfire! || Lukloe. || +15Donde viven las historias. Descúbrelo ahora