VINGTIÈME SEPT

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Miss Greta había escogido a Louis como Danny Zuko.


Realmente no era sorprendente en lo absoluto.

Por un lado, el alumnado se esperaba que el chico más popular de la academia completara su estereotipo al obtener el papel.

Por el otro, quién prestaba atención a los alrededores se daba cuenta que Louis había mantenido una racha de mejora en cuanto a la calidad de su trabajo.


Parecía que algo había llegado a romper su rutina de esfuerzos a medias y actitudes problemáticas. Cualquier cosa que fuera, los profesores del ojiazul rogaban para que se quedara.


La academia necesitaba más que nunca un rostro representativo que desmintiera la crisis por la que atravesaban. Y que mejor persona para el trabajo que Louis.

Aún no llegaba hasta sus oídos la noticia, pero la escuela planeaba invertir en él a largo plazo.

Becas de universidad, diplomados de danza pagados, insumos cubiertos durante su internado en las compañías.


A pesar de las negativas de su tío, la junta directiva de la escuela estaba determinada a hacer que sucediera. Después de todo, el chico tenía un semestre restante en la escuela antes de graduarse. Y aunque Lester explicara más de mil veces que Louis no necesitaba apoyo económico de ningún tipo, sus objeciones fueron hechas de lado. El proceso había iniciado.



Naturalmente, la noticia fue tomada de todas formas menos serenamente por el ojiazul.

Cuando se enteró—de propia boca de su tío—Louis quería ir y decirle una cosa o dos a la junta.

Es decir, entendía la posición de la academia. ¿Pero por qué brindar ayuda como esa a un alumno que no la necesitaba en lo más mínimo? Era inútil.


Estaba seguro de que si se le proporcionara apoyo de tal magnitud a un alumno de poco recurso, sería mejor visto. Todo el mundo conocía a su familia, a lo que sus padres se dedicaban.

Darle dinero a los ricos que ya tenían dinero sería todo menos positivo para la academia.


Entre ensayos de teatro y ensayos de ballet, el día de Louis se iba llenando de más rumores que los de costumbre. Antes, le parecía sólo una leyenda eso de que a donde sea que fuera, la gente prestaba atención. Había pillado a unos cuantos aquí y allá, pero era todo.

Ahora, eran notorias las miradas sobre él, el cuchicheo, los murmullos entre alumnos mientras le sostenían la mirada en los pasillos. Louis no sabía si toda esa relevancia se trataba de su papel de Danny, de su mejoría en clase o simplemente por ser él.


Cómo sea que fuere, odiaba la atención. Había decidido ser introvertido por algo, carajo.

Desde la presentación en el teatro estudiantil, Louis se volvió ansioso.

Y esto se debió a que ese día, su mundo tomó un giro inesperado.


Harry le había alcanzado fuera. Había insistido en hablar, en aclarar lo que sea que estuviera pasando. Pero cuando el teléfono del ojiazul sonó con el mensaje de Elizabeth, Louis tomó una decisión.

𝙿𝚘𝚒𝚗𝚝𝚕𝚎𝚜𝚜 | Libro #1| Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora