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Hoy casi ni recordé que usted era usted, o al menos hice el esfuerzo. Realmente es una grandiosa profesora, eso me hizo recordar cuánto ansiaba desempolvar cada uno de sus conocimientos y dedicar todas las horas de mis días a solamente escucharla hablar. Pero de inmediato sacudí mi cerebro entumecido en el pasado para disimular el encorvamiento de mis comisuras y todo hubiera terminado bien si no hubiera arremetido contra mi falta de imaginación y creatividad. Dijo que mis textos siempre tocaban el mismo tema, ¿y cómo no? No me hubiese atrevido a decir nada si no hubiera insistido además en que recibiera clases para fomentar la creatividad. Que aunque me parecía un inmenso disparate paradójico, no fue lo que me crispó, sino, que lo dijera usted, por eso no pude callarme.

-Las clases para la creatividad debería tomarlas usted profesora Rafaela. ¡A ver si así aprende a escribir al menos una excusa antes de desaparecer de la vida de las personas!

Lady Corazón de Piedra II |Completa| (Segundo Libro) | Temática LésbicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora