Capítulo 5

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Luego de conocer a Kendall el mayor socio y prácticamente la mano derecha de Diego, un pelirrojo con ojos verdes opacos, delgado y bastante alto, con una arrogancia mayor al nivel de la maldad en su mirada, y después obviamente cumplir mi trabajo-apuesta de la mano de Matt.

Nos escabullimos en una de las bodegas abandonadas donde demasiadas personas gritan. Sigo al castaño al centro de la habitación donde dos chicos compiten en una lucha por la victoria, me percato de que uno de ellos es Daniel, de su ceja un hilito de sangre cae ahora si haciéndolo parecer ese chico malo de cualquier serie cliché de playboys

—Si no quieres ver al imbécil de Daniel, puedes subir con las chicas — asiento, no quería ver un ring toda la noche con personas fuera de control.

Doy una última mirada a la pelea deseándole suerte al pelinegro, antes de mezclarme entre las personas rumbo a las escaleras, que subo rápidamente. Los tipos de seguridad me deja pasar sin ningún problema o necesidad de presentarme. Encuentro a Angie, Lillian y Joss, juntas conversando animadamente

—¡Liee!

La ojiverdes pide que me acerque, frunzo el ceño al ver a Joss con lágrimas en los ojos. ¿Qué le ha pasado al inocente angelito? Me les uno curiosa de lo sucedido.

—Daniel es un idiota — murmura cabreada, me ubico a su lado preguntando lo ocurrido, todo se vuelve simplemente más entretenido —Estábamos jugando bien con una chica, le robamos y para seguir haciéndolo la citamos a uno de los cuartos, fuimos con otra chica para continuar ¡Y también la invito! Las dos chicas llegaron, se dieron cuanta y no pudimos terminar — rio, cuando Joss acaba de contar su tragedia, tenía que ser Daniel, pobre de Jasmine.

+

La noche trascurre tranquila, más en la parte privada. Donde solo platicamos entre nosotros y podemos apreciar todo. En este instante Daniel ríe a carcajadas plenas cuando Matt gana la carrera.

—¡Liee viste eso! ¡Fue magnífico! — ha estado repitiendo eso desde la tercera carrera ¡Oh no! Desde que gano la dichosa pelea.

Minutos después el castaño aparece en la segunda planta, de inmediato posa sus ojos en mí hasta que el nada sobrio de Daniel lo abraza felicitándolo, y creo que al pelinegro le dieron un buen golpe en la cabeza o en serio le afecto pelear con Joss.

—¿Aburrida? — Matt se sienta a mi lado, apoyando su mano en mi muslo para acariciarlo

—No, solo estoy un poco cansada

—Vamos, te llevaré a casa — toma mis manos incorporándome, nos despedimos de los chicos que continuaran festejando.

Nos cuesta encontrar su auto entre los demás, porque de verdad estas celebraciones son muy concurridas. No entiendo como he vivido sin conocerlas antes o sin que la policía las descubra. Matt abre la puerta para mí ¡Tan caballeroso! Lo rodea para subir a su puesto, me da una mirada antes de ponerlo en marcha

—No creo en los silencios incómodos, no me gusta el silencio, así que será mejor que hables.

—¿O qué?

—Atente a las consecuencias — reímos.

Debo agradecer a la vida haber encontrado a alguien como Matt, después de todo es quien me enseño lo que necesito para jugar junto a los Evans, y a conocer lo bueno de los chicos.

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Saludo a Joss con un beso en la mejilla. El día de hoy lleva su cabellera de un rojo brillante, que no pasa para nada desapercibido. Puede verse a millas de distancia.

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