G: Gracias por venir, de verdad que necesito la compañía de alguien.
S: ¿Para que me necesitas?. Oye te vez asustado.
G: Sí es que... Una amiga me dijo que necesitaba que la acompañara a un evento, ella irá con su pareja y yo no conozco a casi ningún hombre para que me acompañe.
S: ¿Osea que me vas a utilizar?
G: Eh... Dilo como quieras. ¿Pero me podrías acompañar esta noche?
S: Déjame pensalo...
G: Por favor... Después te pago con algo. Pero no quiero tocar el violín y menos con ellos.
S: Está bien, pero no te enojes si no te cobro de inmediato. Eso me lo voy a guardar hasta cierto momento.
G: Como quieras, igual gracias por ayudarme.