Mi nombre es Marceline Abadeer tengo 16 años y por motivos que puede que explique más tarde me estoy mudando a donde Simón, un viejo amigo de mi madre, también es director del nuevo colegio a donde asistiré, papá me envió con Simón ya que según el este me "enseñará lo que es disciplina".
Voy de camino en tren escuchando música por medio de mis auriculares, de un momento a otro me quede profundamente dormida...
A la mañana siguiente despierto escuchando el ruido que hace el tren al frenar, diciendo que ya he llegado a mi destino, agarro mi equipaje y salgo de allí buscando encontrar a Simón. A lo lejos logró divisar un pequeño cartel con "Abadeer" escrito en él.
Veo a Simón, lo aprecio mucho, es casi como un padre y más ahora que me toca venir a vivir con él, es un hombre alto, de barba blanca, usa lentes de profesor y un chaleco, a decir verdad es un hombre culto y con porte elegante.- Marci- dice el hombre abrazando me.
- Hola Simón- digo casi sin poder respirar por el fuerte abrazo del hombre.
Luego de una charla sobre de cómo estuvo mi viaje y un camino en auto algo callado, por fin llegamos a su casa.
Es una casa muy grande, con varias habitaciones, pero como solo vive el solo, las convirtió en una biblioteca y un estudio dejando así solamente dos habitaciones, la de él y la que supongo será la mía.Decidí salir un rato a conocer el vecindario, di vueltas por las calles hasta que decidí volver a casa de Simón, justo antes de entrar en esta, de la ventana de la casa de al lado se asoma la cabeza de un chico el cual me llama.
- Hey hola, soy Finn, eres la chica que se mudará con Simón cierto? - pregunta aquel chico de cabellos rubios y ojos profundamente azules. Asiento con la cabeza, pero... Como sabía el si quiera que yo me mudaria con Simón- mi padre y él son amigos, y aveces no puedo evitar escuchar algunas de sus conversaciones dice él como si me leyera la mente.
- Así es, soy Marceline, mucho gusto.
Me quede hablando con ese chico Finn un buen rato (me agrada) hasta que se hizo la hora de la cena.
Después de la cena me dice que mañana asistiré al colegio, es comienzo de año, mañana no se hará ningún tipo de actividad, simplemente es para que los alumnos nuevos se conozcan con los antiguos que serán sus compañeros el resto del año.
... Estaba en una playa, el sol quemaba, pero yo no sentía calor, comía un helado y justamente ahí estaba ella, reía y jugaba conmigo... Era mamá, de repente todo se volvió oscuro y.... Desperté.
Casi siempre sueño con ese día, el último en el que vi a mamá.
Eran las 6:00am, aún faltan tres horas para ir al colegio, traté, pero no pude dormir de nuevo, quedé sentada en la cama un rato muy largo viendo un simple zapato hasta que se dieron las 7:00 am y decidí empezar a prepararme para este primer día. Terminé de alistarme a tiempo y baje las escaleras cuando Simón me llamo para comer el desayuno junto a él.
Me llevo en su auto mientras me explicaba sobre algunas cosas y me habló de una chica, de la cual según él nos haríamos muy buenas amigas. Llegamos, el tomó su camino a su ofina luego de dejarme en las puertas de aquel salón, el cual sería el mío.
Entró y la maestra me presenta, de inmediatamente puedo ver a Finn que me llama, esta con otro chico, me acerco a ellos y me lo presenta.
- Hola Marceline- dice este muy entusiasmado y le tiro una mirada hacia aquel chico para que me explique quién es- este es mi hermano Jake ayer no lo viste puesto que el había salido con papá a hacer unas cosas.
-mucho gusto Marceline- dice Jake que aunque Finn me diga ser su hermano, yo no logro encontrar algún parecido entre estos
Estube un rato hablando con los chicos y riendo en la parte trasera del salón. De repente una chica de labios y cabellos rosados como el chicle que yo mascaba en ese momento entra al salón, inmediatamente me parece muy linda y pregunto por quien es ella.
Finn por lo bajo dice- Ella es Bonnibel Bubblegum...
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Chicle sabor fresa | BUBBLINE
FanfictionMarceline es nueva en esa secundaria, al parecer todo iba muy bien hasta que conoció a la chica con el cabello rosa como el chicle que mascaba