Chicle sabor fresa | BUBBLINE

Capítulo 14

La senté en la cama que había dentro de la cabaña mientras comenzaba a quitar los botones de mi camisa y ella su vestido.

Me monté sobre ella besándola lentamente, con cariño, quería transmitir amor, quería que hoy fuese diferente a otras veces, hoy simplemente quería tenerla abrazada, pegada a mí, no todo es sexo. Eso podíamos hacerlo en otro momento.

"Marcy".

"No quiero hacerlo, hoy no, simplemente quiero sentirte sentimentalmente".

Y así lo hicimos, estábamos semidesnudas, yo en pantalones y ella en ropa interior.

Nos quedamos dormidas en medio de caricias, besos y miradas.

[°°°]

Empezamos otra vez con esta tortura, inicio de año escolar, al menos ya es el último año de sufrimiento, es el último de secundaria así que todo esto acabaría.

Estoy nerviosa, ya que desde el día de la cabaña no he podido ver a Bonnie ya que Simon me ha tenido de allá para acá con asuntos del colegio y comprando útiles escolares, ya me tenia cansada todo esto, quería correr.
Lo único bueno es que por fin veré a mi novia, vaya que bien se siente decir eso.

Al no estarnos viendo hemos tenido conversaciones algo.... Subidas de tono en cuanto a lo sexual. Y aunque el escribir cosas sucias en mi teclado solo para deleite de ambas se sienta genial, quisiera decir o hacerlas cuando en verdad lo estemos haciendo, pero me da pena y no se si a ella le gustaría ese tipo de cosas cuando estemos juntas.

"Marcy vamos niña" escuché a Simon llamar desde el primer piso, me puse mis converse rojas y estuve dispuesta a bajar.

"Pa... Simon, hoy le dije a Bonnibel que pasaría por ella, así que voy en moto, vale?"

"Claro solo tengan cuidado" dicho esto ambos salimos de la casa y subimos a nuestros respectivos transportes.

"Nos vemos en un rato"

Quedé en recoger a Bonnie a una cuadra de su casa para que su padre no se diera cuenta ya que ella me quería -saludar como se debe-.

Llegué y la vi ahí, vestida con un cuello de tortuga blanco de mangas largas, una falda rosada y sus lentes.
Perfecta.

Apenas frene la moto sentí sus brazos aferrándose fuertemente a mí mientras ella depositaba varios besos largos en mi boca que me hicieron suspirar, pude notar ese distintivo olor a dulce en ella que me volvía loca.

"Te extrañé"

"Yo igual princesa"

Le entregué un casco y se subió a la moto.

Llegamos al colegio y vi de lejos a sus amigas como nos miraban.

"¿Ellas lo saben?".

"Tal vez yo les dije un poquito mucho de lo que sucedió en la cabaña, ¿te molesta?"

"Para nada, así más gente sabe que eres mía"

"Y tu mía".

Nos bajamos e íbamos en dirección a donde sus amigas, aunque quisiera tomarla de la mano no podía, aún debíamos fingir delante de los demás, no debíamos hacer que llegase a oído de su padre lo nuestro, sinceramente, no confío en absolutamente nadie.