30 day's OTP challenge [AkuAtsu]

Day 3: Gaming or watching movie

Y ahí estaban ellos, sentados lado a lado fingiendo ver una película que ni les interesaba, con la incomodidad a niveles estratosféricos y observando como su admirado Dazai-san le metía la lengua hasta la garganta al pelirrojo que se encontraba a su lado.

¿Qué cómo habían llegado a tal situación?

Todo comenzó la tarde del día anterior, las clases ya habían terminado y Atsushi iba saliendo de la institución dispuesto a dirigirse a su hogar, hasta que fue interceptado por su superior.

— ¡Espera Atsushi-kun no te vayas! — gritó Osamu mientras corría hacia él.

— ¿Qué sucede Dazai-san? — dijo cuando tuvo enfrente al mayor.

— Venía a hacerte una invitación.

— ¿Qué clase de invitación? — cuestionó el chico mirándole con desconfianza, pues la sonrisa plasmada en el rostro del otro le daba mala espina.

— Chuuya y yo planeamos ir al cine mañana y queremos que vengas con nosotros.

Muy bien, había como tres cosas que estaban mal en esa oración, ¿por qué la pareja deseaba su compañía si se suponía que era una cita?, solo haría mal tercio.

— ¿Para qué me quiere en su cita con Nakahara-san?

— La verdad es que cuando compramos los boletos había una promoción de tres por dos, no queríamos desperdiciar el boleto sobrante así que decidimos dártelo a ti — explicó el castaño.

Y ahí encontramos el primer error de Atsushi, creerle. Su segundo error fue haber aceptado aquella invitación y el tercer error haber ido realmente. Claro está que se dio cuenta de ello demasiado tarde, cuando miró a Akutagawa junto a la pareja.

Aún no estaba preparado para ver a Akutagawa.

Y es que llevaba días evitándolo, específicamente desde lo que pasó cuando enfermó, no se sentía listo para verle a los ojos sin ponerse nervioso o que el vómito verbal lo atacara y terminara soltando absolutamente todos sus sentimientos por él.

Para él estaba claro que si hacía eso podría considerarse hombre muerto, y reafirmo su teoría cuando divisó como el otro fruncía el ceño con solo haberle visto.

— ¿Qué hace Jinko aquí? — reclamó Ryunosuke.

— También lo invité a venir con nosotros — contestó Dazai con simpleza.

— Usted dijo que habían tres boletos, no cuatro.

— Si les decía la verdad no hubieran aceptado, son solo pequeños detalles, además pueden tomarlo como una cita doble — terminó de decir con una sonrisa.

No, definitivamente no eran pequeños detalles, menos cuando ese "pequeño detalle" le fulminaba con la mirada. Nakajima lloró internamente, pero ya no podía echarse para atrás, simplemente ignoraría al chico.