30 day's OTP challenge [AkuAtsu]

Day 1: Holding hands

Un nuevo día comenzaba, el sol brillante pero sin provocar un calor sofocante, los pájaros cantando y la gente caminando tranquila dirigiéndose a su trabajo en el caso de los adultos y a la escuela en el caso de niños y adolescentes, todo en el ambiente indicaba que este sería uno de esos días en donde reinaba la tranquilidad y la armonía. Después de todo, ¿qué podría arruinar aquella paz absoluta?

— ¡Muérete!

— ¡Muérete tú!

— ¡Estúpido Jinko!

— ¡Me llamo Atsushi!

— Para lo que me importa, tu misma existencia me enferma.

— Entonces no me veas, tal vez así dejes de toser tanto.

— ¡Maldito cabello mal cortado!

— ¡¿Con qué derecho lo dices tú?

Oh cierto, al parecer esa tranquilidad no existía en las vidas de Nakajima Atsushi y Akutagawa Ryunosuke. Y es que las discusiones de aquel par de adolescentes se habían vuelto tan comunes que ya nadie les daba importancia, los estudiantes a su alrededor simplemente continuaban con sus actividades regulares como si los mencionados no estuvieran a punto de agarrarse a golpes.

Aunque claro, siempre había uno que otro idiota que se metía en sus riñas con la intención de detenerlos.

— Atsushi-kun, Akutagawa-kun, ¿qué habíamos dicho sobre llevarse bien? — sí, ese idiota era Dazai Osamu, el único con la capacidad de parar a aquellas bestias.

— ¡Dazai-san! — exclamaron ambos chicos olvidándose por completo de su pelea, volteando a ver a su superior que negaba con la cabeza en un ademán de decepción, claramente fingida cabe destacar.

Toda esta situación tenía un contexto, Akutagawa desde el momento en que conoció a Dazai cuando iba en primero de secundaria y éste en segundo sintió una profunda admiración hacia él, misma admiración que lo empujó a seguirlo a la misma preparatoria. Sin embargo, al poco tiempo de haber entrado se dio cuenta de que su senpai había cambiado drásticamente y no solo eso, sino que también tenía un trato especial con uno de sus compañeros de aula, fue en ese momento en el que conoció a Nakajima.

Para Ryunosuke quien siempre intentó obtener la atención y el reconocimiento de Osamu, que un don nadie viniera y consiguiera tan fácilmente aquello por lo que tanto había luchado, hizo que Atsushi se ganara su odio sin siquiera saber la razón. Tantos enfrentamientos (la mayoría provocados por el azabache) provocaron que una rivalidad para nada sana naciera entre los dos, detestándose mutuamente y pasando así todo el primer año.

Ahora, ambos en segundo y con el objeto de su admiración en tercero, se la vivían peleando y eso ya tenía cansado al castaño, quien se había dado cuenta del potencial de ambos como equipo, esto gracias a algunas situaciones en las que se vieron obligados a trabajar juntos. Sorprendentemente a pesar de siempre quererse matar, cuando debían cumplir con algo se coordinaban a la perfección.

Dazai sonrió para sí mismo, acordándose de cierto par que en su momento fue muy similar al que ahora mismo tenía enfrente.

— Ya les había dicho que no está bien que peleen a cada rato, molestan a los demás — dijo con una sonrisa en su rostro.

— Es Akutagawa el que empieza Dazai-san — intentó defenderse el albino, mala elección de palabras.

— ¡Eso es porque no soporto ver tu estúpida sonrisa de idiota! — sí, puede que él fuera quien iniciara aquellas discusiones, pero simplemente dejaba de pensar cuando se trataba de Jinko (como le había apodado), era algo que ni él mismo entendía, cada vez que observaba a Nakajima una horda de emociones que terminaban en ira lo atacaban.

Osamu suspiró, ahí estaban otra vez a punto de iniciar una pelea. La verdad era que la única razón por la que trataba de juntarlos fue porque vio en ellos lo mismo que su actual pareja y él fueron alguna vez. Sus suposiciones siempre eran acertadas y podía ver que tras esos gritos y rostros enojados se encontraban otros sentimientos que los portadores no notaban, además de la fuerte combinación que ambos representaban.

— ¡Tengo una idea! — alzó la voz con un alegre y malicioso tono. Tanto Ryunosuke como Atsushi le miraron con duda.

— Con el fin de hacer las pases y reforzar su compañerismo deberán tomarse de las manos el tiempo suficiente hasta que les nazca disculparse con el otro — explicó como si de un genio se tratase, sintiendo unas inmensas ganas de reír al ser testigo de como las expresiones faciales de aquellos dos cambiaban de la intriga al desagrado absoluto.

Nakajima y Akutagawa se miraron, con claro rechazo ante la idea de sostener sus manos. No obstante, sabían que no podían decirle que no al mayor, por lo que a regañadientes fueron acercando lentamente sus manos hasta que éstas se unieron.

Los minutos pasaron, pero ninguno abría la boca, de hecho observaban el piso como si fuera lo más interesante del mundo. Sí, se notaba a kilómetros su descontento, ¿pero era por la razón que todos pensaban? Porque ninguno era tonto, estaban conscientes de lo que el contrario provocaba en ellos, que no estuvieran dispuestos a aceptarlo era otra cosa.

No les molestaba el hecho de tomarse de las manos, les molestaba que la calidez que emanaba el otro no les disgustara para nada. Les molestaba saber que internamente disfrutaban del contacto.

Claro está que eso es algo que no dirían, por lo menos no ahora.

La campana que indicaba la entrada a clases sonó, ambos musitaron un bajo "lo siento" y se separaron rápidamente dirigiéndose a su salón. Sin percatarse de que sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas.

— ¿Qué estás haciendo aquí idiota? Las clases ya empezaron — la voz de un pelirrojo sacó de sus pensamientos a Dazai.

— Ya iba para allá, solo me entretuve con algo interesante. 

Por fin se me dio la oportunidad de escribir sobre mis bebés y estoy muy feliz ^♡^  

Las aclaraciones ya las dije en la parte anterior, así que solo me queda decir que espero que les haya gustado.

Nos vemos 💗