Especial Microcortos 5

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29 de Abril, 2019.

Fui a la entrevista un lunes, con la esperanza viva, esta era la número noventa y ocho que hacia desde que me gradué y rogaba porque fuese la definitiva. Mi madre ya no soportaría un día más sin medicinas y mi estómago otro día sin comer.

Tenía un año desde que había conseguido graduarme de la universidad, tras cinco años de esfuerzo y sacrificio y hasta el momento nada de eso había sido recomenpenzado. Sin embargo, cuando supe de la enfermedad de mi madre lo único que me importaba era su salud y empecé a aplicar a cualquier vacante que me permitiera conseguir los recursos para pagar sus tratamientos.

Entonces estaba ahí esperando, tal y como me lo pidieron minutos despues de hacer la entrevista. Rogando que Dios oyera mis súplicas. Cuando depronto el entrevistador se acercó a mí con una sonrisa en su rostro y su mano extendida:

- Bienvenido a la compañía, el empleo es suyo.

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