Después de incansables introspecciones, al fin puedo observarlo.Es un alma inanimada, solo camina dejando que el viento se lleve su aura.
Abrupto en el entorno, arremete contra su propio ideal.Se somete al castigo del pueblo, inhibiendo toda propuesta personal.
Diferencia encuentra el intrínseco, ante el impacto de un espíritu amigo en su realidad.Al sonido del silencio que le produce el rebuzno, se censuran partes de la verdad, puesto el verbo en forma plural.
El inexpresivo navegante no tiene dirección, solo se defiende con su fiel coraza individual.Estropeado cuando siente el aroma de una idea inherente,incapaz de llevarla a un plano artificial.
Arte que no tiene miedo de aquellos que la juzgan,pero si del que será capaz de interpretar.Equivocado o no, no hay quien mire más allá de un desgarrado animal.
¿Qué está bien?¿Qué está mal?No hay moral para explicar.Simplicidad que se vierte en jarrones de complejidad.
Como el pianista que imita a Beethoven creyendo la originalidad. Sombrero negro, con una rosa en el medio. Brindamos al artista inspiración que creemos no emanar.
Repite las pisadas nuestro valioso artífice, aún sin dirección entre la desdicha.La grandeza lo espera, en un mundo en tinieblas, si tan solo se atreviera a vencer las fronteras.
Resalta rasgado su rostro, por enfermos inmortales pensando siempre avariciosos.Abundancia de inequívocos, solo desean amar para arder, afectan el sueño del que se ve, es un errante en busca del saber.
Aún así, valeroso sea el que vive en un círculo vicioso; puesto dejar ideas aparte, es una ofensa a lo imperioso.
Crisis que implica arte, digna de ser demostrada en tableros para infantes, pero tergiversan la letra y escupen juicios ignorantes.
Solo queda limitar el pensar y culminar lo que acabas de empezar.Después de todo, esto está mal.O puede que esté bien. Responde tú para el placer de él¿Qué está bien?¿Qué está mal?